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En Neverland la conmoción de que el príncipe Alex había llevado una hija de villana a el castillo y la que cortejaría hasta la fiesta, corrió por todos los lados posibles de Neverland. Hasta en el más oscuro callejón había corrido el rumor de que la futura Reina sería una villana, naturalmente, estaban disgustados, pero luego recordaban las palabras de sus reyes, que debían de recibir a cualquiera que no tuviera malas intenciones con los brazos abiertos.
Lejos de ello, también se sabía que la familia real estaba demasiado ocupada planeando absolutamente cada detalle de aquella fiesta, en la que el Rey creía que su hijo destruiría su reputación. Por primera vez, Peter Pan se sentía un poco decepcionado de su hijo mayor. No por qué llevará a una villana al baile, sino, por qué llevo a la hija de Garfio a Nervland. Y eso era imperdonable.
- Ha, las cosas serán difíciles para Alex. - Nerea comentó mientras caminaba aún al lado de Axel, quien le había invitado a recorrer los bazares.
- Ustedes nunca toman en cuenta lo que digo. Dije que nos traerían problemas, pero me ignoraron. - comentó con un tono quejoso e infantil, Nerea le miro con los ojos en blanco mientras negaba resignada.
- Creó que el refrán era cierto: "las personas no cambian". Nunca nos los dijiste, solo te molestaste por qué hablábamos con una villana. - le dijo Nerea en un tono obvio. Axel le miro con burla.
- No es una villana. Su madre lo es. - le recordó, apresurando su paso y dejando atrás a Nerea.
- ¡Axel! - murmuró mientras hacía trote para acercarse a él, tomándole desde el antebrazo para seguirlo.
Las miradas del pueblo recaían sobre ellos. Todos sabían que la relación de su príncipe y la princesa Nerea era muy buena, incluso desde niño. Pero la princesa siempre acompañaba al primogénito de la familia, ahora, era raro que acompañase al segundo príncipe. Aún que eso obtuvo una explicación lógica una vez que se supo acerca de que el príncipe heredero llevaría a una villana al baile.
Mientras el príncipe menor y la princesa Nerea paseaban por el Reino, como si fuesen realmente turistas y no parte de la nobleza, en el castillo, la Reina Wendy vigilaba de cerca a la joven Mal.
