capitulo 14(El festival empieza)

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Narra Izuku

Los días pasaban de manera lenta, lo que me generaba una ansiedad muy grande. Las noches eran repugnantes para mí porque, a la hora de dormir, pasaba lo mismo una y otra vez. Ese maldito sueño no me dejaba dormir. En el mundo de los sueños, las cosas pasaban como si fueran de verdad, y ese maldito sueño, a pesar de que sucedió, vivirlo de vuelta una y otra vez está matando mi mente. No es ni siquiera un sueño, es una pesadilla que me persigue, como si fuera un castigo que yo mismo me impongo por lo que hice. Porque al cerrar los ojos, vuelve a mí ese momento donde maté a alguien. Es horrible...

*sueño de Izuku*

Izuku estaba parado mirando los alrededores, perdido y sin saber qué hacer, solo caminaba, caminaba sin rumbo, sin sentido de lo que debía hacer, hasta llegar a un lugar donde estaba el sujeto que él mismo mató. Estaba con el estómago abierto; alrededor del cuerpo había sangre, demasiada sangre, con los huesos expuestos, los órganos se le salían, atrayendo a las asquerosas moscas. La escena era horrible. Izuku solo se tapaba la boca del asco, para luego arrodillarse y pedir perdón.

Izuku:*llorando*¡PERDÓN! Y-Yo, y-yo no quería que esto pasara así.

En eso, el cuerpo se mueve lentamente y empieza a hablar.

???: Tu perdón no me va a revivir *agarrando la pierna de Izuku*. Tu maldito perdón no me hará ver de vuelta a mi familia. Dime, Izuku, ¿estás feliz? Eres un maldito asesino. ¿No te da vergüenza seguir siendo un héroe? ¿No te da asco seguir siendo uno de esos "héroes"?

Izuku:*llorando*¡POR FAVOR, PARA!

El sujeto que Izuku mató se acerca tétricamente a él, agarrando el puño de Izuku para luego colocarlo en el agujero que tenía.

???: Cabe perfecto, ¿verdad? Ves, tú lo hiciste, tú eres el único culpable, ¡maldito asesino! *sonriendo de manera psicópata* ¡Vamos, Izuku! ¿Por qué no te matas? Así estaremos juntos, pagando nuestros pecados, será divertido.

Izuku: Y-yo...

El villano saca un cuchillo, para luego ofrecerle el mismo cuchillo a Izuku.

???: Toma *ofreciéndole el cuchillo*. Vamos, hazlo, ¡TIENES QUE PAGAR EL PRECIO! El precio de ser un maldito asesino *riendo*. Jajajajaja.

Izuku agarró el cuchillo de manera temblorosa, para luego acercarlo a su garganta.

???: Vamos, no seas miedoso. Solo es un simple corte y morirás. Todo acabará, toda esta pesadilla terminará, todos tus pecados serán perdonados.

Izuku: Pero, ¿y la pequeña Eri? Ella me necesita.

???: ¿En serio te necesita? ¿Quién iba a necesitar de un inútil como tú? Ninguna persona te extrañará, ni siquiera tu propia madre, porque al enterarse de lo que hiciste, le daría hasta asco considerarte su hijo.

Izuku: ... *acercando más el cuchillo a su garganta*.

Justo cuando estaba por clavar el cuchillo en su garganta, Izuku despierta, transpirado y sudado. Se levanta para sentarse en la esquina de su cama. Cansado y asustado, pone ambas manos en su cara.

Izuku: ¡Maldita sea! Ese asqueroso sueño otra vez. Por culpa de esa pesadilla, siento que no descanso nada *suspirando, ve la hora*.

Eran las cinco de la mañana. Izuku sabía que no iba a lograr conciliar el sueño nuevamente, por lo que decide salir a trotar, para intentar despejar su mente. Era una mañana oscura, estaba nublado, las nubes se formaban de manera peligrosa, dando indicios de que sería un día lluvioso. Izuku solo siguió trotando, trotó y trotó, hasta llegar al lugar donde siempre iba cuando tenía problemas: la playa. Si bien las nubes oscuras daban un ambiente nostálgico y triste, a Izuku no le molestaba. Admiraba el paisaje; para él, las nubes, a pesar de lo grises que estaban, eran hermosas. Ver el cielo de esa manera era increíble; las nubes grises y el sol luchando por poder brillar era similar a su situación actual. Por eso le gustaba más el cielo de esa manera. El cielo en estos momentos era una viva imagen de lo que Izuku estaba pasando: intentando brillar a través de los problemas, siendo las nubes la representación de sus problemas y él siendo el sol, intentando encontrar un hueco donde brillar. El viento empezó a soplar fuertemente, chocando en la cara de Izuku junto con pequeñas gotas, dándole un pequeño aviso de que la lluvia ya iba a caer. Izuku pensaba en moverse, pero sentir esa pequeña llovizna acompañada del viento fuerte en su cara lo hacía sentir bien. Disfrutaba de este tipo de cosas; le daba cierto sentido a la vida el sentir este tipo de cosas.

El frío no es tan maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora