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Victoria

— Lo siento querida, pero aún no comprendo tu dinámica con Bella. — Jenny me mira con una sonrisa inocente y yo suspiro. — Es decir, tú llevas días ignorándola, de repente decides ir a disculparte y al llegar la ves coqueteando con alguien más, eso te saca de quicio y acabas por decirle que eres su novia, luego te justificas con que era por protegerla y ella suelta la estupidez de que no es la primera vez que lo hace... Y ahora tú estás furiosa de nuevo.

Mi amiga resume mi situación perfectamente bien y yo hago una mueca.

— Es ridículo, lo sé.

— No lo es, de hecho, me parece divertido. — Dice y sonríe maliciosamente. — Y creo que tengo una idea.

Su mirada es clara, y significa que tiene una idea que podría acabar muy bien o demasiado mal.

•••

Jenny no me contó su plan, solo dijo que llegado el momento, le siguiera el juego.

El momento llegó y yo hacía todo lo posible por no reírme. Estábamos sentados en la mesa de Slytherin comiendo y charlando, cuando mi amiga se acercó, dejó un beso en mi mejilla (demasiado cerca de mis labios) y se sentó en mis piernas como si nada.

Regulus y Barty nos miraban con diversión, y se unían a las bromas.

Jenny se acercó a mi oído fingiendo que me estaba contando algún secreto.

— No mires, pero cierta chica está observándonos y casi tengo miedo, parece que quiere arrancar mi cabeza. — Susurra y yo rio poniendo mi mano en su cintura.

— Tu dijiste que te siguiera el juego, querida amiga. — Le susurró sin borrar mi sonrisa.

Seguimos hablando y riendo, de vez en cuando dejaba besos en la mejilla de Jenny o jugaba con sus dedos como distracción, para cuando voltee a ver a Bellatrix estaba tan roja que casi parecía que estuviese ahogándose, y sus ojos se veían oscuros, esa mirada no iba dirigida a mi, sino a Jenny.

¿Era cruel? Si, pero también muy divertido.

Luego de un rato, James, Sirius y mi hermano se acercan, al parecer querían unirse a la broma.

— Hey cuñada, cuidado con esa mano. — Dice james al ver mi mano en la pierna de su hermana, y yo suelto una carcajada.

— No te preocupes, de todas formas no te puedo hacer tío. — Bromeo y en ese momento Bellatrix se pone de pie y se marcha lanzándonos una última mirada de desdén.

Un poco de tu propia medicina no hará daño, Black.

Bellatrix

Victoria Lupin era una niña tonta, inmadura y ridícula con todas sus letras.

Y te tiene a sus pies.

Realmente había considerado disculparme con ella, por hacerle enojar, pero viendo la escenita que armó con su nueva novia en el Gran Comedor, definitivamente no me disculparía.

— Es ridículo, ella puede hacer lo que quiera. — Murmure para mí misma con molestia. — Y... y yo también.

Fui directa a buscar a la persona que me ayudaría a distraerme.

Troublemaker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora