𝗔𝗜𝗗𝗔 𝗩𝗜𝗩𝗜𝗔𝗡 𝗦𝗔𝗜𝗡𝗧 𝗩𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟𝗜𝗦𝗧, la princesa de Mónaco vuelve de cinco años estando en España y su presencia arrasa en las redes al ver el notorio cambio para bien que ha presentado a inicios de la Temporada de Oro, el evento más...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎 𝟓
━━ AIDA SAINT VANGELIST ━━
Estaba clarísimo que no iba a aceptar su dinero. Puede que le haya ganado la apuesta, pero ha sido suficiente ganandome su respeto. Que aunque no me guste decirlo, está escrito en la ley que tiene que tener respeto ante mí incluso antes de que le gane en una partida de billar, pero se lo dejo pasar. Ley 92 del reglamento monegasco redactado en el siglo XVI. Ahora, mi único objetivo es explicarle al hermoso Kimi Antonelli qué es la Temporada de Oro y por qué es tan reconocida mundialmente. Debo admitir que este chico de diecisiete se está ganando un huequito en mi corazón.
— ¿Pero entonces por qué hay que ir vestido como si fuese carnaval y yo quisiese ir de Ludwig van Beethoven? Yo solo me he traído un traje de etiqueta. — me encanta este chico y su acento italiano.
— Porque es una festividad tradicional que seguimos desde nuestros antepasados por respeto. Aunque mi familia no quisiese hacerlo, están presionados por las demás familias europeas. — le explico tranquilamente para que procese la información y le sonrío para mostrarle que no estoy harta ni que he perdido la paciencia como antes le ha pasado a Carlos.
— Entonces, ¿me tengo que comprar un disfraz de Mozart? — pregunta y se me escapa una carcajada porque me esperaba de todo menos eso. Cómo le explico que dudo muchísimo que su paga de menor de edad en Formula Dos le llegue para comprarse un traje diferente para cada Noche de Oro.
— Tendrías que comprarte uno de Beethoven, otro de Mozart, otro de Chopin y otros tres más de la época del clasicismo. — le digo y él abre los ojos asombrado y asustado a la vez.
— Madre mía... No me da el sueldo, eh. — comenta en un susurro en italiano y se pasa la mano por su pelo rizado. Es un signo que aprendí en lenguaje corporal durante el curso de princesa a los quince. Normalmente es un acto que refleja nerviosismo, frustración o miedo. Yo creo que Kimi lo está utilizando por los tres. — Encima de todo, ¿dónde voy a comprar trajes de parafernalias como esas?
— No te preocupes por eso, Kimi. Mi familia tiene una marca para la Temporada de Oro. Si quieres puedo acompañarte y llevarte a la zona subterránea que es zona VIP. Te saldría con muchísimo descuento. — porque te lo pienso pagar yo todo. Evito terminar con esa frase porque se negaría y porque es italiano, y los italianos son unos cabezotas.
— ¿Enserio harías eso por mí? — pregunta mirándome y veo un atisbo de felicidad en su mirada. Que mono que es este crío, de verdad.
— Claro que sí, Kimi. Es lo mínimo que puedo hacer por ti.
— ¿Cuándo iríamos si es la primera Noche de Oro este miércoles? Yo estoy libre, pero tú eres una princesa y seguro que estás liadisima. No quiero molestarte.