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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎 𝟒

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎 𝟒


━━ CHARLES LECLERC ━━

El casino Monte-Carlo en Mónaco es el punto de encuentro de los lunes para los pilotos que estamos por el la zona para la Temporada de Oro que la realeza monegasca organiza por tradición. Invitan a la realeza europea y a varios famosos, incluyendonos a los pilotos porque el heredero al trono, Anthony Harris, ama nuestro deporte. Este año había pensado en ponerle una excusa sobre algún viaje familiar, porque el año pasado no lo disfruté ya que no había ninguna chica que me interesara, pero este año ha vuelto la princesa que tiene a todo el mundo loco por ella. Así que he decidido aceptar la invitación para poner a la prensa un poco loca por nuestra aparición juntos, ya que hay rumores de que nos vemos a escodidas y que estamos en una relación secreta y bla, bla, bla. Alimentar un poco la imaginación de los periodistas nunca viene mal.

Debo admitir que no me esperaba encontrarla en el casino durante la noche Luxury, ya que mañana por la mañana es el comunicado oficial de la realeza para presentar la Temporada de Oro de este año. Y también debo admitir que al verla en persona con ese vestido corto y esa carita inocente me ha dejado mirándola embobado durante un rato. Cuando he soltado el comentario de que los cuatrocientos no son nada para ella por ser la princesa, he sentido su mirada sobre mí acompañada de un hormigueo extraño que ha recorrido todo mi cuerpo. Su respuesta me ha dejado más que satisfecho, porque lo que quería era enfadarla para que jugara contra mí una partidita. Porque si no la jugabamos me iba a ir disconforme a mi casa.

La mentira que ha soltado Piastri sobre que soy el peor también ha influido en su decisión y su mejor amiga, a la cuál habíamos engatusado para que nos ayudase a que la princesa aceptara, también ha sido una gran influencia. La morena de ojos miel había terminado aceptando y he tenido que aguantarme una sonrisa de satisfacción para que no se notasen mis intenciones. Me daba igual ganarle, solo quería volverla loca un ratito porque seguro que salía una buena amistad de ahí y no me aburría tanto en las Noches de Oro. Pero la verdad es que no contaba con que la italiana y monegasca princesa iba a ser tan buena.

Sé la historia de su tío paterno Felix, como todo el mundo, y me siento mal por ella ya que en una entrevista hace cinco años la princesa dijo que no había vuelto a tocar un billar desde que su tío murió ya que le traía demasiados sentimientos. Me vi aquella entrevista de dos horas y media completa un par de veces y vi cómo ella luchaba contra las ganas de llorar en mitad de la entrevista y cómo pareció afectarle para el resto del vídeo. Había visto un vídeo de ella con seis años jugando contra su tío y debía admitir que jugaba de maravilla aunque tuviese que ponerse de cuclillas para llegar a la mesa de billar y que el taco era el doble de grande que ella. Es triste saber que dos meses después le detectaron al hermano del rey un cáncer de páncreas y tuvieron que ingresarle al hospital. Lo detectaron demasiado tarde—justo en el cumpleaños de la pequeña princesa, el treinta de diciembre—y no pudieron salvar al que era y, seguramente, sigue siendo el héroe de la chica morena que está delante mío poniéndole tiza a su taco de billar.

Princess || 𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗲𝘀 𝗟𝗲𝗰𝗹𝗲𝗿𝗰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora