✵ 𝐎 𝟕 ✵

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎 𝟕

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎 𝟕


━━ AIDA SAINT VANGELIST ━━

Estaba muerta. Por dos razones: la resaca y la bronca de mi padre. Él solo se presenta en el palacio Heaven para echarme la bronca o para pedirme que me comporte bien delante de la prensa en las ruedas que tenemos de vez en cuando. A veces las dos. Obviamente haber juntado la resaca con los gritos de mi padre ha sido una idea malísima. El ibuprofeno no ha hecho su efecto todavía y siento el maquillaje que me está poniendo Martha como si fuese un potingue de esmalte de uñas. Por lo menos el conjunto que iba a llevar era decente y no se ve muy incómodo para la presentación de la Temporada de Oro, pero me siento fatal y llevo ya cinco mareos en lo que va de mañana. Ahora tengo una sesión de fotos y después voy a ensayar un poco los valses de la Noche de Oro de mañana antes de la presentación porque el curso de princesa lo tengo un poquito demasiado olvidado.

— ¡No sabes en el problemón que te has metido a ti y a ese chico, Vivian! Le puede costar muy caro al chaval.

Te repito por decimo segunda vez en los diez minutos que llevas aquí que no somos nada. Nos encontramos por casualidad y jugamos a una partida de billar. — le explico en francés con toda la paciencia del mundo. Si hay algo de lo que estoy muy orgullosa de mi misma es de la manera en la que sé mantener la calma y no impacientarme en situaciones como estas o peores.

— ¡Te llevó en brazos hasta su coche!

Me dolían los pies de los tacones y él se comportó muy cortés cargandome como princesita. — digo con más calma aún. He aprendido a lo largo de mi vida en esta familia a inventarme excusas sin parar a pensarlo dos veces.

¡Y tú... — mi padre señala a mi mejor amiga rubia que está sentada en mi cama con uno de mis pijamas puestos y completamente desmaquillada — cómo pudiste dejar que el chaval montara ese numerito a lo príncipe!

¿No es lo que usted quiere para su hija? Un príncipe. Charles se comportó como un rey y la trató como si ella fuese el mayor trofeo que él pudiese ganar en su vida. — explica mi amiga y me regala una sonrisa arcaica. Siempre me ha defendido aunque odiase tener que hacerlo en francés.

El mayor trofeo al que puede aspirar ese plebeyo en su vida es el del Gran Premio, él no se merece a alguien como mi hija. — responde mi padre. De pequeña solo podía llamarle "rey" o "señor" y nunca se me ha permitido llamarle de una manera diferente. Simpre que le he llamado "padre" o "papá" su cabreo aumentaba. De hecho, solo Charlotte ha podido presenciar sus miles de broncas y enfados conmigo, ella es la única que me entiende de verdad aparte de mi tío Felix.

Princess || 𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗲𝘀 𝗟𝗲𝗰𝗹𝗲𝗿𝗰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora