❛ 𝐂𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐋𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒. ❜ - Hermione Granger.

El Gran Comedor.

La noche había caído y la lluvia acompañaba la oscuridad. Dentro del tren, Lilith despertaba lentamente, observando el lugar a su alrededor. Thaddeus dormía profundamente a su lado, mientras que, del otro lado, una castaña permanecía sumergida en sus sueños, sin moverse del hombro de la pelinegra. Mirando hacia enfrente, había un pelirrojo casi dormido sobre su amigo, quien estaba despierto y pensativo, mirando por la ventana. Del lado de la ventana, aún se encontraba aquel profesor de identidad desconocida que no había despertado en todo el viaje, aparentemente muy cansado.

Lilith miró curiosa a Harry y carraspeó.

— Potter, ¿todo bien? —dijo Lilith, logrando sacar al chico de ojos verdes de sus pensamientos.

— Oh, Lilith... Sí, todo bien —respondió él con una sonrisa cálida—. Solo que el clima está raro, ¿no crees?

Lilith miró el paisaje por la ventana, echando un vistazo rápido.

— Puede que esté un poco extraño, pero supongo que es normal —dijo Lilith, tratando de restarle importancia. No hizo movimiento alguno, pues la castaña seguía dormida en su hombro. Harry se dio cuenta y rió un poco.

— Qué impresionante, se ha quedado dormida —dijo Harry refiriéndose a Hermione.

— ¿Impresionante? —agregó Lilith un tanto confundida.

— Sí, ella no suele quedarse dormida en cualquier lugar, mucho menos en el hombro de alguien —agregó Harry, divertido. Lilith sintió su corazón calentarse levemente, y también su rostro.

— Bueno, tal vez estaba muy cansada —dijo Lilith, volviendo a mirar a la castaña en su hombro. No pudo evitar sentir una extraña sensación.

— Sí, solo cansada —dijo Harry divertido. Las palabras de Harry hicieron sentir a Lilith algo confundida, pero decidió ignorarlo. Antes de poder continuar hablando, el tren se detuvo bruscamente y la luz se fue.

— Qué raro —dijo Harry.

— Aún no llegamos —agregó Lilith. La situación hizo que sus amigos se despertaran, aún adormilados pero confundidos.

— ¿Qué sucede? —dijo Ron, algo temeroso.

— Se ha ido la luz y el tren se ha parado de repente —le respondió Lilith con cierta inquietud.

— Miren —señaló Thaddeus la ventana; el cristal comenzaba a congelarse lentamente y la temperatura del lugar comenzó a bajar drásticamente.

— Qué frío —dijo Hermione, mirando la ventana con curiosidad.

— Creo que alguien va a subir —dijo Ron, pues se habían escuchado las puertas abrirse a lo lejos.

— Es imposible, ¿quién va a subir aquí y ahora? —dijo Harry.

— Oigan chicos... —dijo Thaddeus muy asustado, pues cerca de la puerta se veía una sombra negra y alta que se posaba frente a la puerta de la cabina. Todos miraron aterrados y el pánico se apoderó de ellos cuando aquella cosa abrió la puerta lentamente. Lilith miró a aquella cosa; su rostro no se percibía ya que estaba encapuchado. El miedo aumentó cuando esta se lanzó a Harry, y cuando Lilith miró nuevamente hacia la entrada, apareció otra, pero esta se volvió hacia ella. El aire se sentía tan denso, sentía como aquella criatura consumía toda su energía, como si toda la felicidad desapareciera y la oscuridad junto con el miedo se apoderaban de ella en cuestión de segundos. Sentía que le faltaba la respiración y su cuerpo se desvanecía lentamente. Lo último que vio fue una luz resplandeciente antes de quedar completamente inconsciente.

Cuando despertó, miró las luces blancas del techo; se sentía sin fuerzas y con una pequeña presión en su pecho.

— Ya despertaste —dijo una voz que no podía reconocer—. Tranquila, estarás bien.