"Es azul, el sentimiento que tengo y es un verano cruel"
Summer Marsh odiaba su vida, a su padre y a veces a su hermana. No entendía porque su madre se había marchado dejándolas con ese cerdo que las miraba con morbo.
El verano había comenzado y lo...
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Summer solo podía agradecer una cosa cuando volvió al apartamento la noche anterior; su padre estaba tan dormido que no se dio cuenta de su escape. Lo único que la hizo arrepentirse, por un instante, fue encontrarse a Beverly llorando en la habitación. Por primera vez, había corrido a ella con la preocupación de que su padre fuera el causante de sus lágrimas. La sorpresa había sido cuando su hermana en silencio la llevo al baño.
Decir que estuvo a punto de vomitar, estaba de más.
Ellas no podían limpiar eso solas, ni querían, así que habían recurrido a su única fuente de ayuda confiable: los perdedores. Summer había querido bufar cuando supo que tendrían que pedir su ayuda, después de lo de Richie la noche anterior y, aunque, se había portado bien para tratarse del cuatro ojos Tozier, aun quería mantenerse alejada. Muy alejada.
―Creo que no debimos pedir ayuda ―susurró sentada una grada más abajo que su hermana, ella no dijo nada―. Lo digo en serio, Beverly, capaz no ven lo mismo y quedáremos como unas locas.
― ¿Y si lo ven?
―La locura no viene en conjunto...
―Sí ―murmuró aguardando silencio unos segundos sin despegar la mirada de sus manos―. ¿Por qué no estabas ayer? Cuando... cuando sucedió eso.
―Quise salir a caminar ―mintió.
Ni en sus sueños más locos dejaría que su hermana supiera lo que había visto, suficiente tenía con lo que le sucedió. No quería ser tachada como una loca, ni le dijeran mentirosa.
El sonido de los chicos acercándose salvó a Summer de empezar a ser interrogada por su hermana que, al percatarse de los otros, se puso de pie de prisa para luego empezar a bajar las gradas de igual manera, a comparación de ella que bajaba cada una más lenta que la otra como si su cuerpo pesara.
No pueden callarse ni un segundo, pensó llegando junto a su hermana, evitando rodar los ojos ante tan horrible sonido de voces mezclandose.
―Ti...tienen que ver algo ―tartamudeo recuperando el aliento.
― ¿Qué cosa? ―preguntó Ben sorprendido.
― ¿Más de lo que vimos en la cantera? ―soltó Richie ganándose una mala mirada de la castaña.
Idiota.
―Cállate, cállate, Richie ―bramó con molestia Eddie.
―Papá nos matará si se entera... ―antes que dijera más, Summer la interrumpió.
―Te matará a ti, yo no tengo nada que ver en esto ―soltó elevando sus manos y dando dos pasos hacia atrás―. Me quedaré aquí, afuera.
Por nada del mundo deseaba volver ahí dentro.
―Alguien se quedará a vigilar ―propuso Bill―. Richie quédate aquí.
Summer abrió los ojos con sorpresa y, aunque, considero la posibilidad de ir dentro, la descartó al recordar las paredes llenas de sangre... goteando, sacudió la cabeza alejando los tontos pensamientos y aceptó su destino; pasar un considerable tiempo al lado de Tozier. Ya lo había hecho ayer, podría soportarlo hoy.
