Capítulo 17

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A todo el mundo le hablo de ti, ya no sé si los aburro o si también se están enamorando.
Andrés Ixtepan.

Parte 1.

Cuando desperté, estaba en el hospital y ya había anochecido, me sorprendió ver a mi padre sentado en una silla leyendo un libro, en ese momento no hice ningún tipo de ruido, solamente vi mi brazo derecho cubierto por un yeso y cuando intente moverlo me fue casi imposible, llevé lentamente mi otra mano hacia mi cabeza por mero instinto y pude sentir una venda en mi frente, también estaba conectado a una bolsa de suero.

Lo último que recordaba era a mi saliendo del taxi, siendo ayudado por un par de personas y sentarme en el suelo, lo demás era demasiado borroso para mi gusto y no podía recordar más aunque lo quisiera.

Pasé dos días completos sin levantarme de aquella camilla, también pude ver la preocupación de mi padre a flor de piel, sus nervios cada vez que una enfermera entraba para checar que todo se encontraba en orden conmigo, no decía mucho, solo preguntaba cómo estaba, si tenía hambre y pocas cosas más, nadie vino a visitarme esos primeros dos días, solo éramos mi padre y yo. 

El tercer día ya podía sentarme o caminar por un par de minutos dentro de la habitación, sin embargo, me sentía como un completo inútil por que no podía hacer las cosas correctamente con mi brazo derecho inmovilizado, intentaba hacer las cosas bien utilizando mi brazo izquierdo, pero era bastante complicado, de no ser por la ayuda de las enfermeras y de mi padre, no podría hacer absolutamente nada.

—¿Cuándo podré regresar a casa? —le pregunté a una de las enfermeras. 

—¿Ya estas aburrido de estar aquí? —preguntó divertida— Pronto el doctor revisará tu estado y podrás saberlo. 

—Estoy aburrido, ¿no tienes algún juego de mesa que podamos jugar? —pregunté de nuevo. 

—No van a pagarme si me quedo jugando contigo —respondió. 

—El dinero está sobrevalorado. 

Ambas rieron por mi comentario, mi padre no vendría el día de hoy porque tenía que trabajar doble turno en su trabajo, había faltado dos días completos por quedarse conmigo, pero al final, él tenia que regresar a sus responsabilidades diarias.

—¿Por qué no llamas a un amigo? —aconsejo una de ellas.

—No sé dónde está mi móvil —confesé. 

—Creo que esta aquí, en las cosas que traías contigo cuando te internaron. 

—¿En serio? 

Tarde un rato en convencerlas para que consiguieran mi móvil, debía decirle a Charles donde estaba porque literalmente había desaparecido de la noche a la mañana, una de ellas llegó unos cuantos minutos después con mi móvil, le agradecí y luego lo encendí para encontrarme con muchas llamadas y mensajes de Charles, mi padre e incluso de Mikael. 

Al primero a quien le escribí fue a Charles, los primeros mensajes eran tranquilos, luego había unos donde me maldecía y luego estaban otros cuantos llenos de preocupación, envié un mensaje contándole sobre mi situación y no espere recibir una respuesta porque sabía que estaba en medio de las clases, omití por completo los mensajes de mi padre, porque él ya era conocedor de mi situación, y al final dude mucho en responder a Mikael, pero aun así termine por hacerlo.

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