Capítulo 21

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Hay partes de mí que solo existen cuando estoy contigo.
Ron Israel.

El fin de semana estaba siendo mejor de lo que esperaba, habíamos desayunado frente al lago hasta que el sol llegó a su máximo punto en el cielo.

Habíamos hecho una especie de picnic con un par de sandwiches y unos refrescos, la verdad me había divertido mucho, platicamos, reímos y nos conocimos de gran manera en tan solo un par de minutos, el calor fue sustituido por el frío ya que se acercaba el invierno y las temperaturas cambiaban con rapidez, el frío venía acompañado con un ligero viento que estaba haciendo volar las cosas que teníamos.

Por esa razón, recogimos todas las cosas y regresamos al interior de la casa dónde no corríamos peligro de ensuciar todo a causa del viento.

—¿Tienes frío? —preguntó Mikael.

—Un poco, pero estaré bien —respondí y aseguré.

—Lo siento olvide que la temperatura bajaba en estos días —se disculpó mostrando una pequeña sonrisa—, vamos arriba, tal vez encontremos algo entre la ropa.

—No hace falta.

—Claro que sí, ven conmigo —pidió—, no quiero que te enfermes.

—¿Tienes ropa aquí? —pregunté curioso.

Subimos las escaleras para llegar a las habitaciones, mientras tanto, el respondió a mi pregunta.

—Poca, seguramente olvidamos algo —respondió tranquilo—, yo siempre olvido ropa aquí.

—¿Hace cuanto no vienes por aquí? —volví a preguntar.

—Un año más o menos, venimos aquí antes de que Milo se fuera del país.

Terminamos de subir a la planta de arriba y entramos a una de las habitaciones que me había mostrado el día anterior, esta no era tan diferente a su habitación en el departamento, la única diferencia era que no tenía tanta decoración como la otra, pero pude adivinar fácilmente que se trataba de su habitación.

—¿Estás seguro que tu ropa va a quedarme? —pregunté obviando nuestra diferencia física— Será como usar un vestido.

—No soy un gigante —se quejó mientras rebuscada en el armario.

—Pero eres más grande que yo —apunte—, y no lo tomes a mal, en realidad tienes el cuerpo de un atleta.

—¿Te gusta mi cuerpo? —preguntó divertido.

—Yo no he dicho eso.

Sonrió divertido por la situación y luego me extendió una prenda que supuse era una sudadera, la tomé entre mis manos y efectivamente era una sudadera color marrón, con un dinosaurio estampado en el medio.

—¿Un dinosaurio?

—Se ve adorable —respondió encogiéndose de hombros—, ¿quieres que te ayude?

Aunque me dio un poco de vergüenza, acepte su ayuda porque no sabía cómo ponerme la sudadera, había practicado el ponerme las camisetas sin morir en el intento, pero sabía que ponerme algo con mangas largas sería más complicado con mi torpeza incluida.

Luego de que Mikael me ayudara a ponerme la sudadera, esta me quedaba un poco grande, cubría mis brazos por completo hasta que mis manos no podían verse, y la sudadera me llegaba hasta la mitad de mis muslos.

—Bueno, creo que tenías razón —dijo Mikael finalmente—, pero te vez muy bien con mi ropa.

—No digas tonterías —negué divertido.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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