𝘤𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘤𝘢𝘵𝘰𝘳𝘤𝘦

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¿𝐀 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐯𝐚𝐬 𝐚 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫? ¿𝐒𝐞𝐫𝐚 𝐬𝐮𝐟𝐢𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞?

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IVONNE ASTAIRE

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IVONNE ASTAIRE

Todo está siendo un completo caos. JJ, John B y yo llevamos desde esta mañana planeando todo lo necesario para la propuesta y a veces pienso que no estamos llegando a nada. La pequeña sala de reuniones que hemos improvisado en la sede de la asociación está repleta de carteles a medio hacer, folletos esparcidos por todas partes y personas hablando al mismo tiempo. Los voluntarios de la asociación van y vienen, cada uno con una tarea específica, pero el bullicio y la falta de organización parecen multiplicar la confusión.

—Ivonne, ¿dónde quieres que pongamos estos carteles? —pregunta JJ, sosteniendo un par de pancartas.

—Déjalos ahí, pero ten cuidado que hay algunos que no están secos todavía —respondo, señalando una de las mesas que están libres a la vez que voy rellenando los papeles que un voluntario me da.

Me giro hacia John B, que está tratando de coordinar a un grupo de voluntarios para organizar las rutas de la marcha.

—John B, ¿estás seguro de que tenemos suficientes personas para cubrir todas las zonas clave? — le pregunto.

—Sí, Ivonne, lo hemos revisado tres veces —me responde con una sonrisa tranquilizadora.

Aun así, mi mente sigue inquieta. Mientras reviso la lista de tareas pendientes, no puedo evitar que mis pensamientos deriven hacia Rafe. ¿Y si hablara con él? Quizás, sólo quizás, podríamos encontrar una solución sin tener que llegar a esto. Me imagino una conversación tranquila, sin gritos ni acusaciones, donde ambos podamos expresar nuestras preocupaciones y llegar a un entendimiento. Pero siempre acabamos peleando y sé que en gran parte es mi culpa. No puedo evitar que la frustración y el enfado me dominen cada vez que lo veo. La historia que compartimos está llena de tensiones y malentendidos, y aunque quiero creer que él podría escucharme, la realidad siempre ha sido distinta.

Cada vez que lo intento, mis palabras se vuelven hirientes y defensivas. Quizás es el miedo a ser vulnerable, a admitir que necesito su ayuda o que él podría tener una parte de razón. Pienso en la última vez que hablamos. Fue un desastre. Lo acusé de no importarle nuestra comunidad, de estar cegado por la codicia de la corporación Cameron. Sus ojos, llenos de rabia y dolor, me respondieron con igual dureza, y al final, solo quedamos más distanciados.

—Hey, ¿estás bien? —me pregunta John B, que ha notado mi distracción.

—Sí, solo un poco abrumada. Son demasiadas cosas —le respondo, esforzándome por mostrar una sonrisa. John B asiente comprensivo y vuelve a su tarea.

DE RICOS Y REBELDES - RAFE CAMERONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora