El Ángel Caído

3

Pasos del Alma

~ El hombre es libre, fui el elegido . . . Simple mortal que vivi en libertad ~

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Las almas en pena siempre son reclamadas pero la suya nunca lo fue, no esperaba que todo el dolor, odio, resentimiento y furia que alguna vez guardo en su corazón se habían esfumado con el paso de los años, el siendo el hijo predilecto de Dios el que era el primer humano en ser creado, él la obra favorita de su Padre, el solo era Adán el Padre de la humanidad, Adán el primer hombre. Adán el favorito de Dios, Adán la polla original, Adán . . . el Alma en pena. Adán el Ángel Caído del Edén.

Le dolía constantemente el hecho de que dos veces haya sido tratado como un simple idiota, un pelele al cual le podían jugar la vuelta y seguirlo tratando como un idiota, pero bien decía su hijo "no hay que ser un Nostradamus para ver a donde vamos", pues aunque él no lo demostrara era sabio pero era dócil, y saber que el amor que tanto le profesabas a esa mujer por la cual dejaste todo de lado simplemente le daba igual, era doloroso, primero la muerte de su preciada Abel y la maldición de su pequeña Caín y los engaños de Eva fueron suficientes para él.

Él era el ser creado a la imagen y semejanza de su Padre Celestial, el todo poderoso Dios o Jehová, él era el elegido de Dios para llevar a la humanidad a la prosperidad y armonía, pero el Orgullo la Vanidad de un solo Ángel fue lo suficiente para acabar con todos esos planes no una sino dos veces, era frustrante saber que ese mismo Ángel se le asigno ser el Portador de Luz, la Estrella de la Mañana y que ese mismo Portador de Luz, fuera el responsable de apagar su Luz.

Dolía claro que dolía, pero a final de cuentas lo único que recibió fue el destierro, Michael estaba en desacuerdo con ello, pero su Padre no podía asesinar a su hijo, simplemente no podía, era su hijo y lo amaba a pesar de todo, eso fue duro pero solo pudo bajar la cabeza en aquél momento pero el sentimiento de la ira y el desprecio eran latentes en su corazón, y suplicaba que algún día, Lucifer como Lilith y la propia Eva fueran verdaderamente juzgados por sus actos y fechorías no solo contra él, sino contra sus hijos.