Capitulo 18

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Estaba trabajando en mi oficina hasta el mediodía con Cecilia, ahora que tenía mucho trabajo que hacer necesitaba toda la ayuda posible.

-Excelencia, hemos estado trabajando por mucho tiempo, quiere que prepare la comida para usted.

Cierto, necesitábamos un descanso.

-Esta bien, gracias Cecilia.

-Bien, ahora regreso, excelencia. 

Cecilia se fue y yo me recargue en la silla agotada, todavía tenía mucho por hacer, pero llenar el estómago me daría más energía.  

Después de unos momentos se escucharon unos golpecitos en la puerta.

-Adelante. - dije casual mirando algunos documentos.

La persona entró y no dijo nada, solo se quedó parado en silencio, curiosa desvié mi atención hacia la persona, delante estaba alguien que jamás hubiera imaginado que estaría en mi oficina.

Apareció Bastian, me sorprendí al verlo.

-¿Bastian? ¿Qué sucede? - pregunte extrañada.

se acercó a mi escritorio y me entregó un sobre forrado elegantemente.

-Llegó la invitación del palacio.

Observé la invitación y sentí una presión sobre mis hombros, me sentía nerviosa cada vez que se acercaba el momento de ir a la capital.

-Tenemos que enviar la confirmación.

Bastian asintió.

-Por cierto, me sorprende que vengas directamente a mi oficina solo para entregar esto.

-...Bueno tenía tiempo, además de que esto es algo importante para nosotros.

-Entiendo.

Cuando Bastian estaba apunto de decir algo, se abrió la puerta y entró Cecilia a la oficina, al ver a Bastian, se sorprendió y rápidamente hizo una ligera reverencia.

-Saludos, excelencia. - dijo cortés. - siento interrumpir. 

-No te preocupes Cecilia, solo pasaba por aquí. - aclaré.

-Solo quería decirle a la duquesa que la comida está lista, ¿Le gustaría que le traiga la comida a la oficina?

-Oh si… - me detuve y miré a Batian, me pareció mala educación de mi parte no preguntarle, así que me dirigí a él. - ¿Ya has comido?

Me miró sorprendido.

-...Aún no. 

-¿Te gustaría acompañarnos a comer?

Bastian sonrió gentil. 

-Me encantaría. - dijo gustoso.

Solo pregunte por cortesía, pero no esperaba que aceptara sin más, pensé que se negaría ya que tenía mucho trabajo igual que yo. 

Trate de improvisar rápidamente, ya que había aceptado mi invitación.

-Cecilia por favor dile a los empleados que comeremos en el comedor.

-Muy bien, excelencia. - Cecilia hizo una pequeña reverencia y salió de la oficina.

-Pensé que tenías trabajo.

-Un rato esta bien y era hora de comer, necesito recargar energías.

-Si, comprendo. - le sonreí empática.

***

La comida se veía exquisita, tal vez porque no había comido y todo me parecía antojable. 

Bastian también llenó su plato y comió gustoso.

Tome mi taza de té y al tocarla me di cuenta que se encontraba muy caliente, así que utilice un poco de mi mana para bajar la temperatura. Y en ese instante Bastian también bebió un sorbo de su té y aunque solo fue un sorbo pequeño seguía estando casi hirviendo. 

Bastian dejó su taza de té y tomó agua para desaparecer el ardor.

-Lo siento, no te avise antes, de que tuvieras cuidado.

-No te preocupes, fue mi culpa por no esperar.

Tome su taza de té, e hice lo mismo que había hecho con mi té.

-Listo, ya puedes beberlo. - le cedí la taza.

Me miró un momento y luego bebió del té, como le había indicado. Se dio cuenta que el té ya no estaba tan caliente y sonrió contento.

-Gracias. - dijo amable. - La magia es muy útil.

-Bueno, de hecho si es muy beneficiosa. - dije encogiendo los hombros. - Por cierto, ¿tu lengua sigue ardiendo?

-Solo un poco, no es nada.

-Dejame intentar.

Puse mi mano cerca de su boca y extendí algo de mana, para aliviar el ardor.

-¿Qué tal, mejor? - pregunte curiosa.

Bastian sonrió agradable, asintió y me agradeció.

-Sabes... has hecho un gran trabajo aquí en el territorio…este lugar no sería nada sin ti. - palabras amables salieron de la nada.

Me sorprendí al escuchar las gratas palabras de Bastian, él reconocía todo el trabajo que había hecho hasta ahora, eso me hizo sentir valorada.

Claro que también pude lograr esto, porque aunque no nos viéramos directamente para trabajar, sabíamos que el logro del otro nos beneficia mutuamente. 

-Bueno, tú también lo has hecho muy bien, este lugar lo reconstruimos juntos.

Su semblante se volvió suave.

-Nos complementamos juntos… - la expresión de Bastian era gentil y me dirigió una mirada tierna.

-Gracias Emma por estar aquí. - dijo dulcemente.

Bastián se expresó sincero, me hacía feliz saber que pensaba en mi en una alta estima.

-Todo esto lo tiene que saber el rey, que este lugar no lo puede cuidar nadie mejor que nosotros juntos. - dijo decidido.

Sonreí contenta y asentí de acuerdo.

Saber que nos acompañamos mutuamente, era muy reconfortante, si los dos nos unimos éramos más fuertes.

Estas emociones me hacían sentir cosquillas en mi estómago, podía sentir que las cosas mejoraban constantemente.

Un heredero y linaje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora