Epilogo

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El tiempo ha pasado en Eostia; La sombra de aquel grupo que había buscado derrumbarlas, ya no existía más. Ahora, hombres, mujeres, niños, niñas y ancianos podían estar felices y en paz. Porque la amenaza en contra de ellos había desaparecido.

La alianza de los siete escudos, con el apoyo de sus aliadas imprevistas, las elfas oscuras. Se había alzado con la victoria sobre Kuroinu y sus fuerzas oscuras. Ahora, toda mujer, dama y jovencita no tendría porque temer a ser quebrada mentalmente, ni tendría porque pasar el resto de sus días, como algo menos que una prostituta.

Podrían tener una vida feliz y en paz, junto a sus esposos, parejas o novios. Finalmente todo estaría en paz para todos ellos. Y verían el amanecer de los días, en paz y calma.

Pero ninguno de los civiles sabia, el alto costo que se había pagado para que obtuvieran esa paz...

El antiguo mercenario de Kuroinu; Un joven guerrero castaño que pocos conocían como James... había muerto en acción. Y mientras para algunos esto fue una noticia sin peso, para otras fue verdaderamente devastador.

Olga y Chloe, lloraron amargamente cuando recuperaron el cuerpo del castaño. El cual estaba más delgado y mucho más aventajado. Los signos de su enfermedad y el uso de aquella arma sagrada, había terminado por acabar con sus fuerzas y estado físico.

Pero aunque su estado se notaba demacrado y agotado físicamente, personas como Kaguya y Celestine, fueron capaces de observar algo en particular en el rostro de James.

Paz

Su expresión reflejaba una absoluta y completa paz por sus acciones, como si hubiera esperado este desenlace desde hace mucho tiempo.

Ni siquiera Alicia, quien tenía una riña personal con Chloe, se atrevió a burlarse del dolor que presentaba en ese momento. Demostrando un dolor profundo en su mirada, al ver el cuerpo de aquel hombre que les había salvado más de una vez. Y que lo supiera o no, se había ganado un lugar en lo más recóndito de sus corazones.

Cada una de las princesas, rindió tributo al guerrero que las había ayudado en esta difícil travesía. Prometiendo al unísono, que su nombre y su hazaña, nunca seria olvidada.

Unos días después del ataque y de reconstruir los daños, se envió una invitación formal para que todos los habitantes de los reinos, asistieran a una gran celebración en la ciudad de Celestine. Con el propósito de celebrar...

La caída de Kuroinu.

Tardaron varias semanas en llegar desde tan lejos, pero al final todas las personas lograron asistir para la celebración. Misma que ahora mismo se llevaba a cabo.

Todo era júbilo y alegría para las personas, quienes agradecían a la diosa por haberlos librado de aquella sombra tan oscura. La música del lugar, llenaba la ciudad con alegría y alejaba todo recuerdo doloroso que habían tenido antes. Pero mientras las personas se divertían y daban gracias a su diosa, los participantes de aquella desgarradora lucha, estaban en otra parte.

Era un lugar al que solo podían acceder las princesas, y miembros muy selectos de sus guardias reales. Las siete princesas, la diosa Celestine y las elfas oscuras estaban reunidas en medio de un amplio prado, y algo lejos de ellas estaba un montón de madera apilada.

En la cima de ese montículo estaba el cuerpo de James, el cual estaba envuelto en unas sábanas negras con bordados dorados e imágenes blancas. Era una mortaja la cual había sido confeccionada por las tres elfas presentes, en una muestra poco común de hermandad y solidaridad.

Contrario a lo que usualmente vestían; Reina oscura y su escudera, portaban una túnica negra con capuchas para cubrir sus rostros, según la tradición para despedir a sus muertos o un ser amado.

De la oscuridad... también nace la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora