So High School • T.S

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La mañana siguiente

Mi madre me dejó en la escuela como de costumbre. Hoy había optado por un outfit sencillo que constaba de mis zapatos más cómodos con una sudadera y unos leggins.

En la entrada de la escuela vi a Mary, quien se dirigía hacia los pasillos. La llamé mientras aceleraba el paso para llegar hacia ella. Las dos hablamos un rato a fuera del instituto sobre lo que sucedió la noche del sábado. Le conté toda la verdad de lo que realmente pasó, incluida la parte que involucraba a Taylor. Sentía que Mary era la chica con la que más podía confiar de mi grupo de amigas. Los primeros días con ellas no paraba de pensar qué hacía una chica como Mary con el tipo de persona que son Aimee y Eloise. Simplemente son demasiado distintas. En este aspecto me identifico más con la personalidad de Mary. En un momento de la conversación me confesó que Aimee y Eloise estaban bastante enfadadas conmigo por dejarlas tiradas, en especial la rubia.  Yo ya lo podía intuir, Aimee me dejó en visto y Eloise ni se preocupó en escribirme.

Unos minutos después ambas nos dirigimos a nuestra primera clase. Llegamos de las últimas, por lo que el resto de personas ya estaban sentadas mientras esperaban que las clases empezaran. Entre ellas primero vi a Taylor hablando con su mejor amiga  y después a Aimee y Eloise susurrándose cosas al oído. 

-Mira quien se digna a aparecer.-dijo Eloise burlesca.

-Siento lo del sábado, os lo puedo explicar.-me disculpé mientras me sentaba en el sitio libre al lado de Mary.

-Nos tuviste preocupadas, Amelie. ¿Dónde pasaste la noche?-preguntó Aimee.

-Yo um... ¿Podemos hablarlo en la hora del lunch? Os lo contaré todo más detallado.-me excusé.

-Bien, aquí tienes tu mochila.-respondió la rubia dejándola a mi lado.

-Muchas gracias.-le agradecí antes de oír mi teléfono vibrar.

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Taylor insti

En el cambio de clase 
ve al baño de las chicas.

                                   7:59

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Al alzar la vista después de leer el mensaje vi que me estaba mirando para asegurarse de que hubiera recibido el mensaje. Cuando nuestras miradas coincidieron, me sonrió y se volvió a girar hacia Abigail. Fue entonces cuando el profesor entró y empezó a dar la clase. 

La clase de matemáticas se me hizo eterna. Nunca he sido muy buena en ninguna de las asignaturas del colegio. Aunque me matara el cerebro estudiando, pocas veces podía llegar al notable. Eso me frustraba mucho antes, hasta que entendí que estudiar no era lo mío. Lo mío era el deporte. Practicaba baloncesto desde los cinco años, y desde allí no lo he dejado nunca. He probado muchos deportes: fútbol, vóleibol, natación, hípica e incluso fútbol americano. Pero ninguno me gustaba tanto como el baloncesto. Así que en eso es en lo que me centraba realmente, en perseguir mi sueño de algún día poder jugar en las mejores ligas y convertirme en una jugadora de élite.

Al finalizar la clase me dirigí hacia los baños, donde me encontré a Taylor mensajeando a alguien por el móvil. Cuando notó mi presencia lo guardó y abrió su mochila para sacar mi vestido. Yo hice lo mismo para darle su pijama. Hicimos un intercambio y guardamos nuestras pertenencias en la mochila.