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Esta noche tenía mi primera fiesta aquí en Nashville. Me habían invitado mis amigas y sería en casa de un amigo en común.


La verdad es que no soy una persona que le guste mucho todo esto de las fiestas, aunque sentía que no podía decir que no a la invitación. No a todos los invitan, entonces debía sentirme especial, ¿verdad?


El caso es que acabé mintiendo a mis padres de que me iba a quedar a dormir en casa de Aimee, ya que ellos no me hubieran dejado ir a la fiesta. No es que sean sobreprotectores ni nada, pero no me dejarían ir si no saben quien la organiza.



Quedamos todas en casa de Aimee, fingiendo que íbamos a hacer una fiesta de pijamas. Entonces, una vez en su cuarto, empezamos a cambiarnos y maquillarnos para después salir de su casa e ir hacia la fiesta. Los padres de la rubia no estaban en casa, así que fue fácil escaparnos.


Una vez en la fiesta me presentaron a varias personas. Todos tenían pinta de ser hijos de alguien importante, osea que todos tenían pinta de ricos.



Me quedé reflexionando porqué había aceptado venir. Se podía ver que no encajaba con toda esa gente y eso me mantuvo distante. Cosa que Mary notó.


-Vamos alegra esa cara Amelie. ¿Quieres una copa?-dijo cuando estuvimos solas.

-No, gracias. No bebo.-respondí fingiendo una sonrisa.

-Venga mujer, un traguito. Te aseguro que te sentirás mucho mejor.-insistió acercándome su copa.

-Tal vez más tarde.

-¿Qué sucede?-preguntó tomando un tono más serio.

-Es solo que veo que no encajo aquí. Toda esta gente...

-Claro que encajas aquí, eres de nuestro grupo.-me interrumpió, reposando una de sus manos en mi hombro.- Que no te engañen las apariencias. A esta gente le gusta mucho fingir.- me susurró.

-Sabes que, dame una copa.-cambié de tema, a lo que Mary sonrió.



Hubo un momento en el que perdí totalmente la cuenta de cuántas copas había tomado. Por supuesto que quería parar de beber, pero se sentía tan bien. Mis preocupaciones desaparecían y nada parecía importante.


En un momento de la noche me encontré a Aimee con un chico. Ella me lo presentó y hablamos los tres un rato. Cuando el chico se fue a por una copa, la rubia se acercó a mi para hablar conmigo.


-¿No es lindo, Amelie?-me preguntó, haciendo que lo observara mientras se iba.

-Sí, es lindo. ¿Porqué?

-Estoy muy segura de que le gustas.-confesó, haciendo que yo abriera los ojos de sorpresa.

-Pero...

-Antes te ha visto hablar con Mary y me ha preguntado si sabía quién eras, que te había encontrado muy guapa y quería acercarse a ti.-me interrumpió.

-Oh.-fue todo lo que pude decir, antes de que él volviera.

-Yo iré al baño.-mintió Aimee como estrategia para dejarnos solos.



James y yo hablamos por bastante tiempo hasta que me propuso continuar nuestra conversación a fuera, excusandose de que dentro había mucho ruido y a penas podía escucharme.


-Mucho mejor aquí, ya estaba un poco harto de la música.-dijo mientras encendía un cigarrillo y le daba una calada.

-¿Cuantos años tienes?-pregunté curiosa.

-Diez y seis. ¿Porqué?

-No deberías fumar.-le reñí.

-Y tu no deberías beber.-me contraatacó.- ¿Quieres?-dijo acercándome el cigarro.

-No, gracias.-respondí viendo como volvía a darle una calada, para después apagarlo en el suelo.

-Amelie, tengo que decirte una cosa.-empezó mientras se acercaba más y más a mi.

-Dime.

-No sé si Aimee te ha dicho algo, pero desde que te he visto me has parecido muy atractiva y guapa.-dijo muy cerca de mi, tanto que traté de apartarme, pero él me sostuvo de la cadera antes de que pudiera hacerlo.- Y no sé si sabes quien soy...

-¿Quien eres?

-Soy el heredero de una exitosa y rica empresa que pertenece a mi familia.

-Bien por ti.-respondí sarcasticamente, a lo que él frunció las cejas.

-Lo que quiero decirte es que todas las chicas desearían estar conmigo y yo te doy la oportunidad de que tu estés conmigo.-añadió poniendo su otra mano en mi otra cadera.

-Suéltame.-dije seria intentando quitar sus manos de encima mío.

-Piensa en lo que te he dicho.-dijo haciendo presión con sus frías manos en mis caderas.

-Déjame ir o empiezo a gritar.-le amenacé.


Entonces me dejó ir y empecé a correr calle arriba. No tenía lugar al que ir. No podía volver a mi casa con estas pintas y oliendo a alcohol. Tampoco podía ir a casa de Aimee, ya que ellas seguían en la fiesta. Tan solo sabía que debía huir de esa fiesta, no quería estar en el mismo lugar que ese chico.


Empecé a pensar a donde ir. No sería muy bonito pasar la noche tirada en la calle. Entonces la recordé. Y también recordé que tenía su contacto. Pensé dos veces en si era una buena idea, pero supongo que era la única que tenía.

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Chicos que empiezan por la J 😒

So High School • T.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora