Mi teléfono sonó, haciendo que abriera los ojos. Eran la una de la madrugada y hacía media hora que había cerrado los ojos intentando quedarme dormida, pero nada.
-¿Sí?-respondí, sin haberme fijado en quien me llamaba.
-Taylor siento mucho llamarte a esta hora pero...
-¿Amelie?-la interrumpí sorprendida, mientras me frotaba los ojos.
-Sí, soy yo. Sé que es mucho pedir pero... ¿Podría quedarme esta noche en tu casa? Te juro que te lo explicaré todo, aunque no tienes porqué...
-¿Dónde estás?-volví a interrumpirla.
-A unos diez minutos de tu casa.
-Bien, te estaré esperando. Avisame cuando llegues y no llames a la puerta ni al timbre.-respondí antes de colgar.
Amelie escribió a los diez minutos avisándome de que ya estaba en frente de mi casa. Yo le respondí que entrara en el jardín y se dirigiera hacia el lugar donde daba mi habitación.
-Hey rapunzel, suelta tu pelo para que pueda llegar hasta allí arriba.-bromeó Amelie, viendo que la ventana estaba un poco más arriba de lo que ella pensaba.
-Probemos una manera más segura. Coge esa escalera. Sólo tienes que apoyarla en la pared y subir hasta aquí.
-Muy fácil decirlo.-reprochó agarrando la escalera.
-Es la única manera si no quieres pasar la noche en la calle.-respondí.
En pocos minutos Amelie ya había subido y entrado por la ventana. Llevaba puesto un corto y pegado vestido rojo y olía ligeramente a alcohol. Le acerqué un pijama y fue a cambiarse en el baño de mi habitación. También aprovechó para darse una ducha.
-Dormirás aquí.-dije mientras ponía unas mantas encima del sofá de mi habitación.
-Gracias, no sé cómo agradecértelo.-respondió sentándose lo que seria su cama.
-Entonces, ¿de qué fiesta vienes?-pregunté sentándome en mi cama.
-Cómo sabes que...
-Llevabas un vestido y hueles a alcohol. Todo el mundo se daría cuenta.-la interrumpí mientras buscaba algo en la mesita de noche.- Ten, son caramelos de menta. Para que se te vaya el olor.-le ofrecí, lanzándole la cajita.
-Gracias.-respondió atrapándola al aire para después ponerse uno en la boca.- Quieres que te cuente todo ahora o mañana, es una larga historia.
-Tengo tiempo.-dije mientras a ella se le escapaba una sonrisa.
Entonces Amelie me empezó a explicar todo desde el principio. Quien la invito, donde era la fiesta, quienes eran los invitados, como se sintió y el chico ese.
-Mientras me hablaba me estaba sosteniendo de las caderas tan fuerte que...-dijo antes de levantarse un poco la camiseta, dejando ver unos moratones en ambos lados.
-Dios Amelie.-logré decir mientras me levantaba de la cama para sentarme a su lado.- Déjame irte a buscar algo de hielo.-añadí antes de salir de la habitación.
La casa se sentía tan silenciosa que casi daba miedo. Mis padres deberían estar dormidos desde hace un par de horas, al igual que mi hermano.
Ya con hielo en una bolsa de plástico subí otra vez a la habitación, intentando no hacer ruido.
Una vez dentro, cerré la puerta y volví a ponerle el pestillo. No me gustaría que mis padres abriesen la puerta y se encontrasen con una chica en mi habitación.
Me acerqué a Amelie y se lo acerqué a uno de los moratones. Al sentir el frío hielo contactando su cadera, arqueó la espalda levemente.
-¿Cuál es el nombre del idiota que te ha hecho esto?-pregunté mirándola a los ojos.
-Un tal James. No sé nada más de él.
-Mierda.-solté.
-¿Lo conoces?-preguntó confundida.
-No vuelvas a acercarte a él, Amelie. Sólo quiere utilizarte.-le advertí, a lo que ella giró su cuerpo completamente hacia mi.
-¿Saliste con él?
-No, no. No yo. Fue Abi.
-¿Abigail? ¿Y qué pasó?
-Las primeras semanas iba muy bien. Abi estaba muy feliz porque él era una persona importante y se había fijado en ella. Y él, bueno, se le da bien fingir. La cosa es que todo esto está planeado. Primero se acerca a las chicas diciéndoles que son muy guapas y eso. Después las chicas aceptan salir con él porque, sin engañarnos, es bastante guapo. Y cuando puede, se acuesta con ellas para unos días después dejarles de hablar.
-Oh.-fue lo único que pudo decir.
-No salgas con él, Amelie.-le advertí.
Ellas se quedó unos segundos en silencio mientras jugaba con sus manos y evitaba mi mirada.
-Hazme caso, porfavor. No hagas caso a tus amigas, ellas no lo conocen.-añadí, a lo que ella puso su mano sobre el hielo, haciendo que rozara con la mía.
-Voy a dormir, me duele la cabeza.-cambió de tema, a lo que yo me levanté del sofá.
-Piénsalo bien.-le recordé antes de tumbarme en mi cama.- Buenas noches.
Y en menos de diez minutos ambas logramos quedarnos dormidas. Amelie por lo cansada que estaba y yo por su compañía, supongo.
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So High School • T.S
Fanfiction¿Qué pasaría si te enamoraras de la nueva amiga de tu enemiga? Una historia donde dos adolescentes muy diferentes empiezan a experimentar el amor adolescente. ¿Será Amelie capaz de alejarse de las malas personas que la rodean? ¿Podrá el amor adole...