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— ¿No les parece lindo el papá de Haneul? Casi nunca se da una vuelta por acá, y ya veo por qué

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— ¿No les parece lindo el papá de Haneul? Casi nunca se da una vuelta por acá, y ya veo por qué. —susurra una madre a su lado. Jeongin oye, pero no se gira. Está observando los dibujos de los niños y admirando su belleza. Pero si dijera que está bien, no lo está.

Suspira ante ese deseo de apaciguar sus aguas y hacer como si todo estuviera bien. Cuando nada es así. Los constantes murmullos y especulaciones del padre de su alumna lo están corroyendo muy rápido.

La curiosidad y la pizca de intenciones ocultas de ayer han hecho de su pecho una locura interna.

Ni siquiera pudo pegar el ojo pensando en el pasado. No dejó de pensar, viéndolo fijamente solo a él. Entonces los recuerdos llegan y suspira. Se acuerda de una extraña promesa. Le dijeron algún día, que aunque hubiera miles de corazones rotos, él lo iba a proteger por toda la eternidad. Que siempre iba a sonreír, que la inspiración que le daba era todo lo que necesitaba.

Pero no fue así.

No fue así cuando se fue.

Un auto alejándose de él, dejándolo con sus ojos llorosos sin entender por qué. Que ahora, mirando de reojo, a Minho en bividi, casi desnudo, tratando de armar un camión de juguete para los niños con los otros padres, sonríe. Parece una mentira, que tanto una persona que dijo amar y el amor de su vida, su hija, estén acá, separados por una leve distancia.

— Haber. Papitos, no murmuren cosas que los niños pueden escuchar y entender mal —entonces dice volteando mientras aplaude y sonríe, escuchando la risa de una madre, quien asiente tomando unos pastelitos de otra madre. Este compartir estaba saliendo muy bien, como para escuchar lo guapo que fue su ex novio y el padre de su alumna— mejor, ¿qué tal si hacemos que los papitos bailen con sus hijos y les enseñen danza? Desestresémonos un poco de todo este silencio.

Dice con una sonrisa.

Todos asienten de inmediato y se levanta ahí. Jeongin va a colocar la pista en su laptop y toma la mano de sus niños para que se unan a los demás. Incluso la de su pequeña niña y la de la pequeña Haneul, llevándola donde su papá. Sin embargo, cuando la pista comienza y voltea donde su pequeña Natty, ni ella ni la menor están ahí. Solo están todos levantándose y cubriendo su mirada de los demás. Las sonrisas no cesan. La bulla se hace algo fuerte y la gente lo empieza a cubrir.

Entonces comienza a caminar.

Incluso Minho quien es levantado por una madre mirando en donde está su hija y mira a dos niñas sonreír escondiéndose detrás de la puerta. Este quiere ir hacia ellas, pero la señora se lo impide.

— Oh no, no, papacito, usted se queda aquí, conmigo. —le baila y bloquea el paso hasta que esta al girar se tropieza chocando con la espalda de alguien. Le pide disculpas y sigue encantada, pero ahora se da cuenta de que quién baila no es aquel hombre encantador que sacó a bailar. En cambio, en ese instante Minho aprovechó en escapar, si no es que la persona con quien hubiese chocado antes de irse, fuera aquel maestro con quien estaba cara a cara. Si no fuera por esos lentes, tal vez, hubiese reconocido a la persona detrás de ellos.

NIGHT MEET [JEONGHO][FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora