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Si algo que recuerda Jeongin y anhela en su ser, es cada vez que caían sobre su cama y sonreían juntos

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Si algo que recuerda Jeongin y anhela en su ser, es cada vez que caían sobre su cama y sonreían juntos. Es como una fotografía guardada apasionadamente en su cámara. Que no puede regresar, que no puede negar la sensación de quemazón en su interior. Corroe tanto como nadie podría imaginar. Si tan solos esos días no hubieran sido tan terriblemente brillosos. Si tan sólo no lo quisiera para sí. Sus dedos no quisieran tomar el rostro del mayor. Pero lo hace, cada vez que este se acerca así.

— ¿Por qué estás aquí? —entonces pregunta, en la puerta de su hogar con los brazos cubriendo su friolento cuerpo, con sábanas que acaba de sacar del fondo de su armario. Minho lo mira y sonríe débilmente. Está feliz de verlo. Tanto como Jeongin odia que lo mire así. Tan débilmente.

Tan lejos suyo, pero tan cerca así.

— Haneul quiso acompañar a su amiguita aquí. —murmura, deseoso de pasar, de arropar al menor y dormir a su lado por siempre. Pero sabe que no es así de fácil. Jeongin acaba de poner una muralla entre ellos dos, así como así. Y quiere derribarla, ser fuerte y abrazarlo y nunca dejarlo. Solo una oportunidad más, durante esta canción. Durante la melodía que aún canta en sus corazones. Sólo una palabra y estará ahí para él para siempre. Quiere solo un murmuro suyo.

— Ya veo... —retira la mirada nervioso— si quieres puedes pasar...

Murmura y Minho sonríe. El aire los envuelve y la nariz del menor pica tanto como sus propios ojos, su corazón late rápidamente. Las niñas sonríen cómplices detrás, saliendo del auto corriendo hacia el menor, quien los recibe con una sonrisa ante el abrazo cálido de las más pequeñas.

— ¡Profesor Yang!

— ¡Papá!

Gritan y exclaman, tan felices. Mientras Minho las observa. Se acerca poco a poco, para ver la imagen más bonita. Y necesita grabar esto con sus cinco sentidos, sentirse tan allegado a ellos, como si toda una vida los hubiera conocido. Así que, apegándose al último escalón de la entrada, tan cerca del mayor, observa a las menores. Sus sonrisas brillan tanto que lo ciegan. Y luego, tan cerquita, voltea hacia el menor quien siente su mirada sobre él. Y el destino se quiebra. El tiempo se detiene. Ambas pequeñas cerrando sus ojos en aquel abrazo, sienten calidez. Y ambos mayores en pleno sentir, sintiendo el canto de sus propios corazones se observan.

Sus rostros tan íntimos.

Un milímetro cerca y lo besará.

Jeongin se siente tan confundido.

Minho se siente tan loco de cometer un peligroso delito.

Pero son detenidos, por las vocecitas ahí abajo. Jeongin retira su rostro y Minho tose. Los días que recorrieron solos, les han enseñado a sentirse sin tocarse. La necesidad, su debilidad de pensar no sentirse cerca. Pero deben entender que ahí, frente a ellos, no sólo están ellos dos. Si tienen algo que hablar, tienen que hacerlo, poco a poco. En un ambiente más íntimo. Sin nadie alrededor. Sin dejar que sus cuerpos siquiera se toquen. Sin que sus sentidos pidan locamente por sí mismos.

NIGHT MEET [JEONGHO][FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora