Capítulo 15

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CAPÍTULO ALGO CORTO PERO FUERTE Y EMOTIVO.

Narrador

Astrid había despertado tras el golpe que recibió de Drago, pero lamentablemente estaba atada de manos y Tormenta, su fiel dragona, estaba encadenada a su lado. El lugar oscuro y húmedo resonaba con los sonidos lejanos de la batalla.

Dr: Llevaba esperando este momento por muchos años. Imaginaba a Hipo y a su furia nocturna aquí, pero tú también eres un buen trofeo, Astrid.

As: Nunca vas a ganar, Drago. Hipo te derrotó una vez y su legado sigue vivo en todos nosotros.



Drago sonrió con desdén mientras Ragnar permanecía en silencio, su mirada oscilando entre Astrid y Tormenta.

Dr: Ragnar, te concedo el honor de acabar con este dragón.

Astrid intentaba liberarse de sus ataduras con desesperación, pero era inútil.

As: Ragnar, por favor. No lo hagas. Mátame a mí, pero deja a Tormenta en paz.


Ragnar tomó la ballesta de su padre y se acercó a Tormenta. Sus manos temblaban mientras apuntaba al dragón, pero cuando miró a los ojos de Tormenta, vio algo que le hizo dudar.

Ra: Yo... Yo...


Drago, con una mirada fría y calculadora, tomó su lanza y, sin más preámbulos, la clavó en el corazón de Tormenta.


As: Tormenta!!!!!! No!!!!!!

El rugido de dolor de Tormenta resonó en la cueva, y Astrid gritó con todas sus fuerzas, su corazón destrozado por la pérdida de su compañera.


As: ¡NO! ¡Tormenta, no!

Astrid se desmoronó en el suelo, sin poder moverse trataba de llegar hasta su mejor amiga fallecida.

Drago se acercó a la jefa vikinga observándola toda destrozada completamente, se agachó para hablarle.


Dr: El próximo será el Furia Nocturna de Hipo. Y después, tu aldea. Y solo así mi venganza estará completa. Jaja


Ragnar, observando la crueldad de Drago y el sufrimiento de Astrid, comenzó a cuestionar si su venganza valía tanto dolor.


El momento fue interrumpido por el sonido de pasos apresurados. Tonowari y los jinetes de Berk, liderados por Brutilda, Patán y Patapez, habían llegado.

Br: ¡Allí están!

Drago y Ragnar se miraron brevemente antes de decidir retirarse.

Dr: Nos vamos, Ragnar. Tenemos que preparar todo para la guerra.

Ambos cazadores se retiraron rápidamente, dejando a Astrid y a los jinetes en la cueva.


Pa: No puede ser!!!!!

P: Tormenta...

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Brutilda corrió hacia Astrid, liberándola de sus ataduras

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Brutilda corrió hacia Astrid, liberándola de sus ataduras. Sin decir una palabra, la abrazó fuertemente, compartiendo su dolor.

Br: Lo siento tanto, Astrid.



Patán y Patapez observaron la escena con tristeza, jurando vengar a Tormenta y proteger a Berk a cualquier costo. Brutacio trataba de consolar a los dragones ante la situación tan horrenda y trágica.

Pa: Esto no puede quedar así. Tenemos que detenerlos.


P: Sí, pero primero debemos cuidar de Astrid.

Tonowari y sus guerreros, veían a Astrid tratando de mantenerse fuerte, pero el bien sabía que antes de una guerra siempre había víctimas.


Mientras tanto, Drago y Ragnar habían salido del mundo oculto, navegando de vuelta a la isla de los cazadores. El silencio entre ellos era tenso.

Ra: ¿Por qué hiciste eso? No era necesario, pudimos acabar con ella no hacerla sufrir.

Dr: La compasión te hará débil, Ragnar. Si quieres sobrevivir en este mundo, debes ser fuerte.

Ragnar no respondió. Sus pensamientos estaban llenos de dudas y remordimientos.

Berk.

Zephyr y Nuffink estaban en casa ya era de noche, y a parte había una tormenta demasiado fuerte.

Zephyr estaba en su cuarto, tratando de descansar pero los rayos de la tormenta no la dejaban.

Ze: Nuff??? Estás despierto.

Zephyr encendió la vela de su cuarto, y vio que su hermanito menor no estaba de vuelta en su cama.

Ze: Nuff??? Nuffink???!

Zephyr se levanto de la cama busco por todas partes. Pero no había señal de el.

Salió del cuarto y encontró la puerta del cuarto de sus padres abierta.

Caminó hasta la puerta y vio a su hermanito, tratando de dormir en la cama de sus padres, pero el trueno de los relámpagos lo asustaban.

Ze: Que haces aquí Nuffink???

Nu: Papá siempre me abrazaba cuando caían relámpagos. Siempre me calmaba. Es la primera tormenta así de fuerte desde que se fue.

Ze: Bueno, has espacio.

Zephyr se acostó en la cama de sus padres, abrazando a su hermano.

Nu: Crees que mamá nos deje, montar a los bebés de Chimuelo???

Ze: Tal vez?? O podríamos robarlos cuando tengan un tamaño apropiado.

Los dos hermanos pasaron un buen rato, hasta que ambos quedaron dormidos.




Continuará.

Como entrenar a tu dragón: Vikingos Por Siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora