¿Zeus?. [Abandonada]

¤ Gigantomaquia ¤

Cuando el rey del Olimpo hizo su entrada, su leal sirviente se apresuró a su encuentro.

-- Señor Zeus, los gigantes se están aproximando --informó, vestido con su uniforme militar.

-- Moviliza a toda nuestra fuerza militar. Que estén listos --ordenó, apretando los dientes--. Llama a mis hermanos --añadió, mientras observaba a unas sirvientas traer su traje militar.

-- Como ordene, mi señor --dijo, levantándose--. ¿Informo también a sus hijos? --preguntó.

-- Sí, necesitaremos cada gota de sangre divina disponible --afirmó--. Solo espero que esta sea una buena decisión --pensó, tratando de disimular la preocupación en su voz.

Zelo asintió y dio la orden de informar a cada dios del panteón para que se preparara para la guerra.

El rey del Olimpo, ahora vestido con su uniforme, se acercó a la ventana y contempló cómo los gigantes se acercaban.

-- Esta será mi primera vez liderando de verdad --pensó, mordiéndose el labio--. Espero estar a la altura.-- Sus nervios estaban ganándole, pero de repente una chispa lo devolvió al presente--. Necesitaba eso...

Desde la ventana, observaba cómo los dioses llegaban, algunos portando armaduras.

Zeus avanzó hacia la sala de reuniones cuando Hermes apareció a su lado.

-- Hijo --llamó, captando la atención de Hermes--, informa a cada dios capaz de pelear que se aliste, y a los demás que ayuden a la servidumbre. Habrá muchos heridos y quiero minimizar las bajas --ordenó, mientras relámpagos parecían envolver su cuerpo.

Hermes asintió y se apresuró a anunciar la orden.

Zeus ya estaba sentado en la cabecera de la mesa, esperando a sus hermanos.

-- Espero que esto funcione. Lo más cercano que he estado a dirigir una guerra ha sido en juegos de rol --pensó, sintiéndose aún más nervioso, pero procurando calmarse.

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LA GUERRA ESTALLÓ ENTRE DIOSES Y GIGANTES.

LOS GIGANTES, CRIATURAS CON SANGRE DE TITANES, ERAN LIDERADOS POR...

¡LA DIOSA PRIMORDIAL GAIA!.

AMBAS FUERZAS CHOCARON.

ZEUS ESTABA NERVIOSO, SIN COMPRENDER CÓMO TODO ESTO HABÍA OCURRIDO.

HABÍA SELLADO A SU ABUELA EN EL TÁRTARO.

PERO LO QUE MÁS PREOCUPABA AL REY DE LOS DIOSES ERA EL DESTINO DE SUS HIJOS.