3. Aunque la mona se vista de seda...

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2024 (Actualidad)

Walker

La vida me estaba recompensando.

Luego de haber pasado toda la mitad del año pasado y la mitad de este fuera de casa, al fin podría volver totalmente renovado. Verán, tras el incidente con la tonta de Allie, mamá decidió enviarme a una escuela internado de estudio intensivo fuera de la ciudad, quizás ella me lo dio como castigo pero la verdad era que me agradó más de lo que se podía esperar. Así que mientras lidiaba con las materias avanzadas de mi nueva escuela, pude disfrutar de la libertad de estar lejos de adultos molestos y por supuesto, de una persona en particular, Allie.

Si embargo, luego de casi un año de estar lejos al fin volvería, pero esta vez con una mentalidad muy diferente, me sentía mucho más maduro e inteligente, sabía que ahora que regresaría a casa y a mi verdadera escuela, podría ser mucho mejor de lo que había sido el año pasado. Incluyendo el hecho de que tenía una gran racha de campeonatos de baloncesto y concursos académicos ganados, así que nada se iba a interponer en mi penúltimo año de secundaria. Todo saldría perfecto.

Cuando llegué a casa mi madre me recibió emocionada, sabía que había sido difícil para ella dejarme ir durante ese tiempo, así que la abracé de la manera más dulce que pude. Sabrina, mi hermana mayor también estuvo presente durante la bienvenida y su emoción fue tanta como si hubiera recibido un diccionario como regalo de cumpleaños, ya se imaginarán.

Por otro lado, alguien faltaba y mamá se dio cuenta que lo estaba buscando.
—Está en un viaje de trabajo— Respondió con rapidez pero noté cierto nerviosismo en sus palabras.

—Vendrá en dos días, te ha extrañado tanto como nosotras— Volvió a decir.

Asentí poco convencido al no encontrar a papá en casa, él jamás se hubiera perdido una ocasión como esa, pero dejé ir cualquiera pensamiento extraño y me enfoque en ir a mi habitación. Dios, como extrañaba mi habitación.

Tenía de todo ahí dentro, la cama de agua que tanto amaba, cientos de videojuegos, una gran colección de autos de carrera en miniatura y por supuesto mis tablas de surf perfectamente acomodadas en la entrada de mi armario, las cuales usaba en las vacaciones cuando viajábamos a alguna playa cercana. Papá y mamá amaban el mar y por esa razón Sabrina y yo habíamos desarrollado el mismo gusto desde que éramos unos niños.

Me encontraba desempacando cuando mi madre me llamó a la cocina.

— Lleva esto a la casa de los Kang— Dijo ella mientras me entregaba una cacerola de vidrio.

— Ni hablar—Dije de inmediato.

Mamá frunció el ceño. — No era una pregunta Walker, ve y deja eso ahora mismo.

—Pero acabo de llegar— Le reproché. —Necesito un poco de paz y tu sabes perfectamente que tuve que irme de aquí justamente por una persona que vive en esa casa.

—Pues que mejor disculpas que ir tu mismo y mostrarte como el nuevo chico maduro que eres.

—Mamá eso fue hace un año ¿Quién en su sano juicio se disculpa luego de tanto tiempo?

—Pues si no quieres disculparte, al menos puedes desearle un feliz cumpleaños a Allie, fue hace dos días pero más vale tarde que nunca ¿no?. En compensación de lo que ocurrió hace un año.

—¿Desearle feliz cumpleaños con una cacerola?.

—Es de su madre—Dijo rodando los ojos. —Solo ve a devolvérsela, no es para tanto, incluso puede que ella ni siquiera esté allí.

Iba a protestar una vez más pero mamá me lanzó aquella mirada que solo las madres pueden dar y supe de inmediato que debía obedecer a como de lugar.

𝑲𝑰𝑺𝑺 𝑶𝑹 𝑲𝑰𝑳𝑳 / Walker Scobell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora