7. Un corazón roto

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Walker


Leah y yo no dirigimos hasta la sala, donde todos aplaudían a Charlie quien acababa de llegar. Allie, por su parte, lo tomaba de la mano y él la llevaba de la cintura. Lucían como una ridícula pareja de recién casados y aquello hizo que se me revolviera el estómago.

Lo peor vino cuando en medio del alboroto y mientras alguien explotaba confeti sobre ellos, Charlie la besó. Duró poco para los demás, pero para mí aquel beso se hizo eterno y aunque ya había sido espectador antes de aquellas muestras de afecto, las recientes declaraciones de Leah complicaron todo lo que creía sentir.

Allie sonreía como si hubiera ganado el mejor premio de todos, en ese momento me cuestioné si lo que decía Leah era cierto porque definitivamente parecía que amaba a Charlie y quizá nunca la había visto tan feliz en todo mi vida.

—Lo tienes bastante difícil— Agregó Leah con un tono no tan alentador.

La miré con ganas de asesinarla. —Gracias por el apoyo.

—De nada Walkie, ahora dime ¿Qué tienes en mente?

Mantuve la mirada fija en Allie, tratando de comprender que era lo que debía hacer. Una parte de mí deseaba poder dejar de confundirme a mí mismo y la otra se moría por saber si era verdad que ella en algún momento se fijó en mí más allá de nuestra rivalidad. —Sinceramente, no lo sé Leah.


La noche transcurrió dolorosamente y cada minuto que pasaba servía para darme cuenta que mis sentimientos eran mucho más complicados de lo que pensaba. No sabía en que momento pasé de odiarla a querer tenerla cerca de mí. ¿Realmente esto estaba sucediendo? ¿A caso siempre me había sentido así por ella y apenas me daba cuenta?

Hasta hace unos días la creía mi mayor enemiga y vamos que lo era. Es decir, no éramos los típicos enemigos épicos de los cuentos de hadas pero por supuesto que jamás se me hubiera ocurrido pensar en Allie de otra manera que no fuera para hacerla enojar. Viví los últimos cinco años tratando de vencerla ¿merecía lanzar todo este tiempo de esfuerzo a la basura, solo por unos tontos sentimientos adolescentes?

Estaba tan confundido que incluso consideré la idea de cambios hormonales, hipnosis o brujería. Alguna de esas opciones sería la respuesta más razonable a lo que estaba sintiendo.

Mi atención volvió a centrarse en la fiesta cuando alguien bajó el volumen de la música y atrajo a todos para que formaran un círculo en el piso.

—¡Walkie, ven aquí!—Me llamó Leah señalando un espacio a su lado.

—¿Qué ocurre?

Ella se encogió de hombros. —Supongo que se trata de algún juego.

Minutos más tarde la sala parecía el centro de un ritual con todos sentados ahí. 

—Este juego se llama el farsante—Dijo uno de los chicos llamado Sam en voz alta. —Consiste en elegir a dos personas y cada una deberá confesar algo que puede ser vedad o mentira, luego los demás decidirán si creerán las confesiones. La persona que sea señalada como el farsante recibirá un castigo por parte de todos. 

El lugar estalló entre risas y aplausos y yo no pude evitar pensar en lo tonto que era el juego, pero al menos sabía que las posibilidades de jugarlo eran muy pocas ya que era prácticamente un extraño entre todos esos chicos de último año.

Las primeras victimas fueron dos chicas que no hicieron más que tirarse indirectas con sus "confesiones", por lo que ambas fueron tachadas como farsantes y de castigo las enviaron al jardín. Pero eso no fue un castigo ya que al parecer ambas se gustaban y eso solo fue una excusa para que tuvieran un momento a solas.

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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𝑲𝑰𝑺𝑺 𝑶𝑹 𝑲𝑰𝑳𝑳 / Walker Scobell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora