Recuerdos

302 28 1
                                    

De un momento a otro, un rayo de luz entró por mis ojos, y al despertar, veía algo confuso. Poco a poco mi visión fue aclarándose y pude ver que estaba conectada a máquinas. No podía moverme, pero al aclararse un poco más mi vista, vi que alguien tenía la cabeza recostada en mi cama. De repente, esa persona empezó a levantarse y me dejó ver su cara. Era Khun Nueng, pero eso era imposible; ella estaba muerta. Yo fui a su funeral, no podía ser cierto. Poco a poco, ella se levantó y me miró, sorprendida, pero yo no entendía nada. De un momento a otro, perdí la conciencia. Lo último que escuché fueron los gritos de Khun Nueng llamando a un doctor.

Al día siguiente, me levanté un poco mareada, seguía conectada a máquinas y todavía estaba en el hospital. Realmente pensé que todo había sido un sueño, pero todo parecía tan real. Hasta que una voz detrás de mí me sacó de mis pensamientos: "Hasta que despiertas, princesa. Pensé que nunca volverías a abrir los ojos."

Al girarme hacia la voz, vi que era Khun Nueng. Con lágrimas en los ojos, fui  hacia ella y la abracé. Realmente no quería saber si era un sueño o no, pero no me importó. Ella correspondió mi abrazo. Escuchaba cómo lloraba, y al escuchar eso, al siguiente minuto yo también estaba llorando. Así estuvimos hasta que una doctora entró a ver cómo estaba. Después de un chequeo, ella me dijo que estaba bien. Al ver bien a la doctora, me di cuenta de que era la doctora Lada, y mi mente se volvió confusa. Khun Nueng lo notó y me recostó de nuevo.

Al pasar el tiempo, cuando estuvimos solas, Khun Nueng me contó todo lo que pasó. Había quedado en coma por un año y medio debido a una de esas fiestas en las que tomé algo que me hizo entrar en paro. Intentaron reanimarme por cinco minutos, y durante ese tiempo mi cerebro dejó de funcionar, por lo que quedé en coma. Me contó que mi mamá la había llamado para que viniera. Ella fue y me vio en ese estado, se sintió culpable y por eso pasó todo ese tiempo conmigo.

No sé cómo justificar lo que viví o soñé, donde Khun Nueng moría. Puede ser que mi mente estuviera intentando hacer creer que todo eso era un sueño, y por eso escuchaba esas voces. Pero eso no importaba, tenía a Khun Nueng a mi lado y eso no cambiaría.

RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora