Pequeño Omega → VKOOK (omegaverse)

Baños

Primer año de universidad. 

El cielo de color morado y anaranjado los bañaba por completo en aquel parque cercano a la universidad en donde compartían el pastel casi acabándolo, sintiendo la brisa golpear sus rostros y mover sus cabellos. Ninguno había hecho el intento de cortar la conversación para irse cuando se terminó el último trozo y lo botaron en uno de los botes de basura de allí volviendo a sentarse en la misma banca de color blanco desgastado y por Dios, si le hubiesen dicho a Jungkook semanas atrás que estaría compartiendo de esa forma con este alfa, se hubiese reído.

—Supongo que no te caigo tan mal ahora —Taehyung dijo estirándose por completo en la banca sujetándose de sus manos hacia atrás, su cabello ahora seco brillando contra el cielo y Jungkook tragó porque no era normal que se viese así de bien.

—Yo no he dicho que me caes bien.

—Acabamos de compartir un pastel —el alfa hizo un puchero ante el comentario y lamió sus labios, dispuesto a indagar más—. Para mí eso es un acto de confianza y amistad. ¿Para ti no?

—En absoluto, solo fue un pastel.

—Pastel que me regalaste con mi número de camiseta —acotó, haciendo que el omega sintiese sus mejillas rojas por aquella verdad y es que no podía negar que había ido a una pastelería especialmente a hacer un pedido especial para Kim. Jungkook chasqueó su lengua quitándole importancia.

—Te emocionas por nada, cualquiera puede hacerlo —rodó los ojos, ignorando su corazón que golpeaba contra su pecho como un loco.

—Me das razones para hacerlo.

Jungkook apretó sus labios y suspiró sin saber cómo responder a eso, siendo envuelto en aquel olor mentolado mezclándose con las flores que cubrían el parque y que bonita podía ser la vida cuando había alguien que complementaba tan bien el paisaje.

Al ver que el omega no decía ninguna palabra decidió que era momento de hablar.

—Quería decirte algo —Taehyung retomó la conversación, carraspeando y acomodándose mejor en la banca. Su bolso de ejercicio estaba a un costado por lo que su pierna chocaba contra la de Jungkook y sintió cosquillas, pero no la sacó de ese lugar—. En realidad, te invité al juego porque me hacía mucha ilusión que me vieras —dijo con sinceridad en sus palabras y sus ojos fueron hacia los del menor que le miraba con un brillo diferente. Su mirada había cambiado—, pensé que no estabas y me sentí triste, en realidad. 

¿Cómo podía decir lo que sentía sin sonar tan desesperado?

¿Jungkook cásate conmigo?

Jungkook, creo que eres el omega que siempre busqué.

Jungkook, ¿qué amarre me hiciste?

—Pero tenías mucha gente apoyándote, cuando metiste esas canastas vi a muchos omegas y betas saltar de emoción gritando tu nombre —se sintió como un reclamo cuando dijo, por lo que relajó su rostro e intentó corregirlo—, no tenías por qué sentirte mal solo porque no me viste, después de todo, solo somos compañeros de taller.

Ah.

El corazón del alfa se partió un poco al verlo alzar sus hombros y decir eso con tanto desinterés. ¿Acaso no notaba lo mal que estaba por él?

—Pero para mí era importante que estuvieses tú —hizo énfasis en la última palabra. Jungkook quedó quieto en su lugar.

—¿Por qué? —dijo casi en susurro y es que quería entender al alfa.

—Porque me gustas.

El silencio reinó por unos segundos luego de que el alfa dijese aquello solo escuchándose los pájaros cantar de fondo, las personas pasar y los coches ir y venir más allá y juró que su corazón también pudo escucharse.