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POV SAMANTHA
 
Estoy sentada en la recepción con mis botas sobre el mostrador y bebiendo un poco de café. Me di por vencida con el sueño y decidí solo esperar aquí abajo, esperando que ella llegue antes de que la tienda abra. He revisado el papeleo, hecho la teneduría de libros y revisado todo el trabajo que se está realizando en el taller.
 
No tengo nada más que hacer aparte de sentarme y esperar, y eso me está matando. La necesidad por ella es como un ser vivo y respirando.
 
Cerca de una hora después, el teléfono suena. Es moosa, el chico local que hace el remolque en nuestro pueblo. Está llamando para asegurarse de que hay alguien aquí para recibir un Porshe, y sonrio de oreja a oreja cuando le confirmo.
 
Después de su llamada, empiezo a caminar por la tienda, la anticipación matándome. Todavía falta otra hora para que alguien se presente a trabajar en el taller, y estoy esperando esa hora a solas con mi Duquesa.
 
Después de lo que se siente una eternidad, veo el haz de luz y escucho el sonido del camión de remolque llegando. No puedo ayudar a mi ansiedad y estoy parada en la entrada, esperando que ellos lleguen. Siento que un poco de la presión en mi pecho se libera cuando veo una pelinegra en el asiento del pasajero de moosa. No estaba segura si ella vendría o no, pero estoy feliz de que lo hizo.
 
Camino afuera, y la veo abrir la puerta del camión y saltar. Siento un profundo dolor en mi polla a la vista de ella. Lleva una camisa de franela con jeans y botas de vaquero. Su castaño cabello está en un nudo desordenado en la parte superior de su cabeza, y no tiene ni una pizca de maquillaje. Luce como que justo acabara de despertar y de repente tengo ganas de echarla a la parte trasera de mi moto y llevarla a mi cama. Mi Dios, ella no puede verse más hermosa de lo que se ve ahora. Toda dulce y suave.
 
Cerrando la puerta del camión detrás de ella, camina hacia donde estoy parada. Cuando se para en frente mio, pone las manos en sus caderas, y es entonces que noto que está enojada. Me hace sonreír.
 
—Mañanas, Duquesa. ¿Me extrañaste?
 
—Te metiste con mi coche, ¿verdad?
 
Doy un paso adelante, poniendo mi cuerpo más cerca al de ella. Estamos casi tocándonos, pero no del todo. Ella mira hacia otro lado, pero luego toma un respiro y me mira a través de sus pestañas.
 
—¿Que está mal? ¿No pudiste conseguir Starbucks?
 
—En realidad, iba a conseguir el desayuno.

Extiendo la mano y froto suavemente su mejilla, metiendo un mechón detrás de su oreja—. ¿No conseguiste suficiente comida anoche? —Mi insinuación es clara y sus mejillas se enrojecen por mis palabras.
 
—No sé de qué estás hablando—. Ella mira por encima de su hombro a Claw, quien está descargando su carro.
 
—Déjame llevarte a desayunar. Podemos ir a la cafeteria de la esquina—. Debería haber ofrecido prepararle su desayuno, pero arriba en el apartamento no hay comida, y no sé si ella irá a casa conmigo todavía.
 
Abril se da la vuelta y me mira a los ojos. Después de un segundo ella finalmente asiente, y me siento como que he ganado un poco más de control. Me tiene tan atada sobre ella.
 
Caminando hacia moosa, firmo el papeleo y deja el carro para que pueda arreglarlo. Una vez él se ha ido, camino hacia mi Duquesa y tomo su mano. Nos dirijo en dirección a la cafetería y ella empieza a tirar para alejar su mano. Sintiendo su resistencia, me giro y la miro, queriendo hacer esto claro.
 
—¿Te casarás todavía? —No quiero que las palabras suenen enojadas.
 
Ella mira lejos de mí, cambiando su mirada al suelo. Apenas puedo distinguir la palabra que ella
susurra—, No.
 
—Entonces puedes sostener mi mano de mierda y desayunar conmigo—. Agarrando su mano atrás, camino llevándonos hacia la comida nuevamente, y esta vez no siento ninguna lucha de su parte. Puede estar comprometida con otra persona, pero es mía. Y voy a hacer todo lo que este en mi poder para asegurarme que siga siendo así.
 
Trato de no pensar en lo cálida y suave que es su mano o acerca de cómo estoy frotando mi pulgar a través de sus dedos mientras caminamos. Estoy tratando de concentrarme en mis pasos para no caer de bruces porque estoy demasiado ocupada pensando en lo hermosa que es.
 
Entramos en la cafetería y hay unos pocos veteranos en la barra. Dan la vuelta y recibo un cabeceo porque soy habitual. Normalmente estoy aquí a las 5 am, consiguiendo mi café, así que espero algunas miradas cuando saco a Abril detrás de mi. Nadie dice nada. Solo le dan una larga y persistente mirada y luego regresan a lo que estaban haciendo. No los puedo culpar. Yo tendría dificultades para no mantener los ojos sobre ella, aunque tuviera setenta años.
 
Nos sentamos y el viejo Rick se acerca con los menús. Observo a Abril y espero que vaya primero. Ella me regresa la mirada, y veo algunas dudas en su cara, pero no sé porqué.
 
—Ordena lo que quieras, Duquesa—. Ella se muerde el labio inferior, y tengo mi polla dura como una roca. Luce tan putamente linda que quiero venir tras el mostrador y morder sus labios yo misma.

La Mecánica | Rivari G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora