Capítulo 15: Mastechnos

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Athena y Orazia observaban con cautela la situación que ocurría en ese presente y sin entender cómo, estaban atemorizadas al no saber por qué pasaba eso. Pero Haektpa, por su lado, estaba conmocionada y algo fascinada por los actos tan salvajes de tan bellas y curiosas criaturas.

—Electra.

Se dirigió hacia Athena e ignorando sus facciones contraídas distinguió que era una mujer muy extraordinaria en cuanto a su apariencia para ser humana. Orazia volteaba hacia todos lados, buscando alguna alternativa o algo por hacer, pero nada veía.

—El palacio —Athena siguió con un tono impostado—, sabía que no habría sido capaz de aguantar una sacudida, pero considero inexplicable la forma en que dejo de existir. Casi como si no quisieran que permaneciéramos en él, o que siquiera lo viéramos.

Un estallido se escuchó detrás y la Imperial sabía que no acabaría bien. Las reinas esperaban que actuara para detener todo eso, pero ellas no sabían que eso estaba destinado a suceder, porque si no lo hubiera hecho, un revelador dato nunca hubiera llagado a las manos de Haektpa. Les dijo a las reinas que permanecieran inmóviles dónde estaban mientras ella avanzaba hacia los combatientes con toda la intención de saber más.
Su ideología era que si detenía algo que estaba en curso, nunca llegaría a desarrollarse el verdadero destino y propósito de la historia y habría fallado en su deber como Imperial.

Todos estaban demasiado ocupados luchando para prestarle atención, sin embargo, hubo alguien muy observador que en cuanto la vio dejo caer su espada de la impresión, a pesar de estar cubierto por un casco era predecible que estaba en shock. Haektpa se dirigió hacia el hombre oscuro y le rodeo el cuello con su mano derecha, acercándolo a la altura de su cabeza.

—¿Cómo osas a contribuir en la colaboración de la destrucción de este lugar primordialmente sagrado? ¿En sangre de quién te atreves a invadir este territorio en busca de hacer maldad?

—¿Electra...? ¡Electra! ¿Cómo...? No... —soltó una risa maliciosa, pero a la vez ocultando su terror— Es muy tarde... él ya viene... y conseguirá y destruirá todo lo que le dé la gana... Él ya gano... venimos a derramar sangre en nombre de nuestra divina deidad: Eros.

Pasando por alto el acto de haber machacado al hombre de oscuro, Haektpa se dirigió lo más rápido que pudo con las reinas, tomo de sus manos y las jalo hacia el lado opuesto de la batalla, guiándolas hacia fuera de las Tierras Sagradas. Sabía que no debería enfrentarse a Eros fuesen cuales fuesen las circunstancias, pero debía evitar su victoria a toda costa, por lo que se decidió en seguir la misión inicial junto con las reinas: iría a Mastechnos con Deifontes.

—¿Qué es Mastechnos? —le preguntó Athena Lennon después de media hora.

—Es donde se supone que se encuentra Deifontes, como un mercado o una pequeña ciudad... Sé que todo esto debe ser bastante agobiador para su mente —les dijo Haektpa a sus dos compañeras mientras avanzaban en paso rápido por un camino en la pradera, lleno de maleza y conforme avanzaban la flora disminuía—, mi intención no es confundirlas, aunque ya lo están, y me temo que yo lo estoy por igual. Me siento como si nunca hubiera estado aquí...

—Electra, ¿tomamos este camino largo para evitar peligro? —le pregunto Orazia Eckhart, acercándose un poco más por detrás. Athena contemplaba el hermoso paisaje, no parecía tener mucha prisa.

Haektpa no tenía idea que había un camino corto ni uno largo, ni siquiera estaba segura de qué sería Mastechnos. Su intención por ahora era ayudar a salvar su cuna y averiguar más sobre sus orígenes, porque no le creía del todo lo que le hubo dicho Eleuthereus.

Llegaron a una gran planicie después de hora y media de caminar entre pasto y se detuvieron cuando la Imperial se detuvo, sobre el comienzo de un clima desértico. Estaban ya bastante lejos de lo que fue el Palacio de Tychi, porque sin duda ese lugar ya no existía. Ya no había un camino marcado, solo se alcanzaban a observar a lo lejos unas grandes colinas de una roca muy oscura. Haektpa se encontraba dubitativa, pero su intuición le daba pellizcos diciéndole que detrás de esas vastas colinas se encontraba su destino.

Faith [Parte 1: Los Anillos del Núcleo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora