Capítulo 24: Honwarf

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Separados de toda civilización, se encontraban Wade Eyre, Grau Haggard, Allard Stone y Flint Lennon caminando por el desierto en dirección a la zona rocosa -cerca de Sivasos- donde las montañas oscuras se alzaban como magníficos reinos y espeluznantes gigantes.
El cielo por aquella zona estaba infestado de nubes negras y algunos relámpagos alarmantes, sin embargo, ninguno de los viajeros se esperaba alguna lluvia, pues habían escuchado que en la zona montañosa siempre estaba templado y nublado.

Habían hecho solo dos paradas, una para que los caballos tomaran agua y otra porque algo les bloqueaba el camino: una montaña de cuerpos carbonizados se alzaba a un metro de altura, cerca de una pequeña aldea igualmente carbonizada. Wade se acercó y en cuanto puso contacto con aquello se desvaneció y el polvo se corrió con la brisa. Lo único que no se hubo disipado fue una marca en el suelo que estaba debajo de los cuerpos.

El símbolo no era muy grande, pero se alcanzaba a ver claramente la figura de una espada coronada en llamas alrededor de un circulo de runas; parecía como si un atizador hubiera dejado esa marca.

—¿Qué pasó aquí? —preguntó Grau, desmontando el caballo siguiendo a Flint y a Allard hasta donde estaba el elfo agazapado frente a la marca.

—Eros hubo cruzado por aquí trayendo a su ejército de seguidores, los Sombríos —respondió Wade, levantándose y observando su alrededor—, quienes claramente se encargaron de la destrucción de esta pequeña aldea de inocentes vidas.

—Pensaba que Eros estaba en su escondite recuperándose de la última batalla con Los Siete —añadió Flint, confuso.

—Al parecer algo debió haber llamado su atención y hacerlo enfurecer para que se dignara a salir con sus tropas... Debemos seguir.

Todos subieron a sus caballos y siguieron al elfo a paso rápido, quien desacelero cuando estaban al pie de una montaña pequeña con forma de ola. Flint bajo del caballo, cediéndoselo a Allard, para caminar junto a Wade entre las rocas y montañas. En ese lugar no había ni una pizca de luz, por lo que Flint se vio obligado a sacar la Llama, que está vez iluminó muy bien los alrededores, no como en el bosque.

—¿A dónde se supone que tenemos que llegar? —Allard le pregunto a su guía después de media hora de andar por senderos rocosos, oscuros y con algunos bichitos.

—Ya estamos aquí, en Maeverno —anuncio y se detuvo enfrente de una pared de piedra de unos diez metros de alto.

—Otra pared de piedra, no puede ser —balbuceo Grau, bufando.

Wade rebusco entre sus bolsillos hasta que saco de ellos una gema, aunque parecía más bien oro. Se acercó a la pared y al acercar la gema dorada se hizo un pequeño espacio en donde se pegó automáticamente y de ella se desprendieron ramas por todos lados de color dorado, como si fluyera un río. El elfo dijo unas palabras en su lenguaje natal y la pared de pronto dejó de emitir luz de la gema.

Un segundo después, a la piedra, que en realidad era una puerta, le salió una manija dorada y Wade tomo de ella y la hizo girar para que la puerta rocosa abriera. Dentro se veía una senda inclinada y estrecha, iluminada por antorchas que emitían una luz demasiado caliente.

Los cuatro se internaron en aquel sendero que parecía más bien un laberinto. Después de varias honduras y fuertes bajadas donde se tuvieron que deslizar, llegaron a una explanada donde había herramientas, carretas pequeñas y muchas más antorchas, además que en la pared de enfrente estaban unas puertas dobles de roble oscuro y metal.

Detrás de aquellos portones entraron a una cueva tan grande como una misma montaña; parecía el interior de una montaña gigante hueca. Desde la explanada donde estaban se levantaban unas torres a los lados y había un largo puente de piedra que llevaba hasta el otro lado, a la entrada de un castillo, el cual era enorme: lleno de pequeñas torrecitas que terminaban en picos, con banderas rojas que combinaban con los colores negros y grises que predominaban y bajo el, en unas rocas por encima de un lago que pasaba por debajo del puente, había pequeñas casas que emitían destellos de luces.

Faith [Parte 1: Los Anillos del Núcleo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora