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Había llegado el gran día para ambos, Shinobu estaba siendo arreglada por las esposas de Uzui. Siendo maquillada ligeramente, para no verse tan pálida, apenas estaba recuperando peso y un poco de color después de expulsar casi todo el veneno de su cuerpo.

Siendo ayudada a usar si traje típico de boda, cuando se vio al espejo se veía hermosa. Nunca pensó que llegaría hasta este momento, si su hermana estuviera viva estaría llorando de felicidad.

Pero habían unas niñas junto a una que antes reprimía sus sentimientos, ahora llorando a mares, su hermana mayor estaba a punto de contraer nupcias con la persona que quería.

No quería admitir aún que lo amaba.

Por otro lado Giyuu se sentía nervioso, él ya estaba preparado para salir a esperar a su prometida en el pequeño altar nupcial que habían hecho los chicos, se veía muy diferente su finca, llena de mucha gente cuando. Solo estába él y unas cuantas personas  que hacían la limpieza en el lugar.

Ahora había muchas personas que querían a la pareja, tomó una bocanada de aire para salir del pequeño cuartito en el que se encontraba, para ir a su lugar.

Encontrándose en el camino con Shinazugawa, también usando su mejor Kimono para la ocasión, parecía que se dirigía a buscar a su prometida.

-Te veo haya- Giyuu le dijo.

-Estas amenazado, aún está a tiempo de arrepentirse.

Él no le hizo caso, siguió su camino a donde estaba el sacerdote que los iba a casar, esperando ansioso a su prometida. Llegó el momento, con la música sonando y viendo como los invitados se levantaban para recibirla.

Estaba hermosa a sus ojos, el maquillaje la hacia resaltar más su belleza, su traje de novia típico en la era Taisho llamaba mucho la atención. Era la idea, que fuera el centro de atención en su fiesta.

Llegado al altar fue entregada por el antiguo pilar del viento, abrazando la con mucho cariño y a él, le apretó la mano mientras sonreía tan falsamente.

Siguieron escuchando al sacerdote, pero no pudo evitar mirar a su lado derecho en toda la misa. Hasta que llegó el momento en que ya estaban casados, sus anillos a par estaban siendo deslizados con cuidado.

-Giyuu-san, ya puedes besar a Shinobu-san.

Giyuu pensó un poco, se acercó para invadir el espacio personal de la chica, presionando sus labios con los de ella. Era un beso simple, haciendo que todos los ex casadores, amigos cercanos aplaudieran y celebrarán el momento.

Al separarse Shinobu estaba molesta.

-Ahora entiendo, porque todo el mundo te odia.

Tenía una cara de sorpresa, él iba a protestar pero fue callado con un beso algo tierno, correspondió esté para profundizar el beso.

Separándose al ver a todos felices, algunos llorando de felicidad y celebrando este momento. No esperaban que fuera tan pronto, ofrecieron una comida con todos sus amigos, preparados por Shinobu y las niñas que vivían en esa finca.

La comida era tranquila, hasta que cada invitado les dio sus mejores deseos en su matrimonio, retirándose.

Quedando sólo ellos dos ya qué, dada la noche las niñas se retiraron a dormir después de un día tan ajetreado.

Shinobu recogió sus pocas cosas que aún le quedaban ahí para ir con su esposo, era raro que ella pensará en como llamarlo, él la estaba esperando. Ayudando con su pequeña maleta.

Ella paró un momento, siendo apreciada por él, viendo la finca mariposa. Era el lugar donde ella creció junto a sus hermanas, ahora ella se iba a hacer su vida, una vida que su hermana mayor quería que hiciera desde hace mucho tiempo.

Matrimonio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora