El problema y la solución

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Lleva más de quince minutos dando vueltas en su propia habitación tratando de resolver el problema que tiene entre las manos, pero hasta ahora todas sus ideas terminan con encerrar a Kyle en el sótano y fingir que no lo escucha gritar hasta que vuelvan sus padres al final del mes.

¿Sería un problema cuando Kyle salga? Muy probablemente, ¿sus padres lo castigarían? tal vez, pero al menos tendría algunas semanas de libertad y diversión sin tener a su hermano vigilándolo a cada segundo del día. Además, no moriría de hambre, podría alimentarlo a través de la pequeña ventana del sótano, sólo tenía que resolver el problema del sanitario...

-Ugh! - se quejó alborotando su cabello negro con frustración antes de dejarse caer en la cama, sus ideas se estaban acabando.

No sé suponía que fuese difícil pasar tiempo con su hermano, pero desde que cumplió 10 Kyle había estado sobre él, vigilando, como si creyera que iba a meterse en problemas justo como él y sus amigos lo hicieron cuando tenían sus edad. Hipócrita.

Regularmente no era tan malo, tener a su hermano cuidando de él, era como tener un pase libre de hacer y decir lo que quisiera sabiendo que Kyle no permitiría que nadie lo tocara, era como tener un guardaespaldas o un perro bravo. Además usualmente se llevan bien, Kyle no era malo solo protector.

Por un momento había creído que cuando sus padres tomaran sus vacaciones fuera del país para celebrar su aniversario durante varias semanas tendría la libertad que tanto había anhelado pero Sheila siempre restringía, sin embargo no podía estar más equivocado. Para su desgracia Kyle se había convertido en una madre judía y todo se había ido a la mierda durante el primer día solos cuando en medio de gritos lo había mandado a su habitación. Parecía obsesionado con demostrar que era responsable y que podía cuidar de ambos en ausencia de Gerald y Sheila y ahora solo se sentía destinado a sufrir las consecuencias de la nueva tiranía de su hermano.

¡Sheila si lo hubiera dejado cenar galletas! Carajo, son sólo galletas, ¿por qué le importa tanto a Kyle si las come o no?

No iba a dejar que Kyle convirtiera su casa en una cárcel en la ausencia de sus padres. Definitivamente tenía que hacer algo.

Su celular sonó y al tomarlo se dio cuenta que era un mensaje de Filmore, una foto de los chicos en la pijamada a la que Kyle se había negado a dejarlo ir. Empujó su celular debajo de la almohada y rodó exprimiéndose el cerebro en busca de soluciones.

Todo sería más fácil si su hermano fuese como Kenny, el rubio cuidaba de Karen todo el tiempo pero no la asfixiaba porque tenía sus propios asuntos tratando de acostarse con quién le diera la oportunidad. Todo sería más fácil si Kyle tuviese un interés amoroso...

¡Se sentó de golpe con los ojos muy abiertos dándose cuenta que tenía la solución a todos sus problemas justo frente a él! ¡Tenía que conseguirle una pareja a Kyle! ¿Cómo no lo había pensado antes?

Festejó su idea por unos segundos antes de darse cuenta de que en realidad buscarle pareja a su hermano, aunque fuese por algunas semanas, sería algo bastante difícil porque Kyle era gay y South Park tenía realmente muy pocos chicos gay de la edad de su hermano.

Pero no se iba a rendir.

Se sentó en el escritorio y abrió su computadora para buscar el anuario en línea de la generación de su hermano y pronto se puso a investigar sobre las mejores opciones.

Tweek y Craig estaban totalmente descartados, llevaban toda la vida siendo novios y a ese paso estaba seguro de que terminarían casándose al terminar la universidad, intentar meter a Kyle en medio de esa pareja no solo sería una pérdida de tiempo sino también muy peligroso por el fandom de asiáticas que seguían de cerca su romance.

10 cosas que odio de Eric CartmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora