La debilidad de Sano Manjiro, mejor conocido como El Invencible Mikey.
Umi Suyen, una pandillera es nuestra protagonista. El universo decidió unir su alma con la de cierto chico rubio.
Busco plasmar de la forma más clara que pueda; mi idea sobre l...
Eran días en los que Takemichi se comía la cabeza tratando de encontrar algún plan para evitar la muerte de Draken.
Y en la búsqueda de dicho plan, una "brillante" idea había llegado a su mente.
Sería el guardaespaldas de Draken, así evitaría cualquier confrontación entre aquel dúo de chicos.
—No. —Esa había sido la corta respuesta del más alto.
Dejando a Takemichi sin más opciones, optó por seguir a aquel trío de chicos que siempre estaban juntos.
Y así, se encontraban en el lugar de comida más frecuentado por estos últimos.
—¿¡Qué demonios!?. —El gritó molesto de cierto rubio de baja estatura sonó por todo el local. —Nunca perdonare esto.
¿Así es como iniciaría su pelea?
Aunque al parecer la peli negra sentada a un lado del chico se veía bastante tranquila.
—¡No hay banderita!. —Exclamó el pequeño de 15 años. —Pedí el menú infantil porque me emocionaba tener la banderita. —Infló los cachetes en un puchero.
Takemichi no podía estar más confundido.
—Me disculpó... Traeré una inmediatamente. —Se disculpó apenado el mesero.
—Ya no la quiero. —Refunfuñó el rubio menor.
—Mira, Mikey. Una banderita. —Colocó con tranquilidad Draken una pequeña banderita sobre la comida del chico.
—¡Eres el mejor, Kenchin!. —Mikey exclamó con emoción y un brillo especial en sus ojos.
—¿De donde sacaste esa mierda? —Suyen se burló.
—Es para prevenir berrinches. —Ambos mayores observaron a Mikey comer felizmente sin prestarle atención a la conversación.
Muy lindo, se veía lindisimo a ojos de la chica.
—¡Ya me harte! ¡Cierra la maldita boca, Mikey! —El gritó de Draken se escuchó por el establecimiento, lo que nuevamente alertó a Takemichi.
Suyen se dejó caer en su asiento, con los ojos cerrados y una mano sobre su estómago.
—No se porque como cuando ya estoy llena. —Se quejó.
—Y yo no sé cómo es que aguantas los ronquidos de Mikey cuando duermes con él. —Ken observaba al mencionado con una vena marcada de enojo en el mentón.
