𝙍𝙀𝘿 | 𝙍𝙤𝙗𝙞𝙣 𝙇𝙚 𝙉𝙤𝙧𝙢𝙖𝙣𝙙

𝙥𝙧𝙤𝙡𝙤𝙜𝙪𝙚

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Bajé las escaleras con mis finas y bronceadas piernas. Me agarré a la barandilla para no caer y seguí bajando.

Iba con un pijama de tirantes y con los pies descalzos. Justo acababa de empezar el verano, pero hacía una calor impresionante, bueno, quizás era porque en Grecia siempre hacia bastante calor.

Llegué hasta la cocina, dónde se encontraban mis hermanas y mi madre hablando en griego. Se podría decir que pasé de ellas un poco y abrí la nevera para agarrar la leche, me separé un poco y me puse de puntillas para agarrar un bol de un armario. Me senté en un taburete de la isla de nuestra casa y agarré los cereales que se encontraban al lado de Pandora, mi hermana gemela, y puse unos cuantos en el bol para después poner la leche.

-Mama, ¿me pasas una cuchara?- dije con mi voz ronca a mi madre en griego

Ella se giró y me tendió una cuchara, la agarré y la sumergí en el bol para después comer una buena cucharada.

Noté la intensa mirada de mis hermanas encima de mi, así que las miré con una mueca confusa

-¿Que?- les pregunté con la boca llena de cereales y leche

Leah soltó una suave carcajada y se tapó la boca, sin embargo  Pandora se levantó para ayudar a mi madre.

-Parece que te hayas peleado con las sábanas esta noche- soltó mi hermana mayor riendo

Entre nosotros, es decir, entre mi familia hablábamos en griego, ya que es nuestra lengua, pero también sabemos hablar inglés y yo español, porque me parece una lengua increíble y porque pasé una larga temporada en España, más bien dicho en Menorca, quería conocer la fauna marina de ahí.

Giré mi cabeza hacia la ventana a ver si veía mi reflejo, y tanto que lo vi. Toda mi melena rubia alborotada y con todo mí rímel por debajo de mis ojos.

-Joder...- susurré pasándome las manos por la cara

-Esa boca Daphne...- me advirtió mi madre

-Mamá, ya soy mayorcita- dije tomándome otra cucharada de mis cereales

Leah simplemente siguió riendo, con su dulce y melódica risa. Ella era la favorita, siempre, la que siempre destacaba de las hermanas, la que siempre tenía novio primera, a la que la conocía todo el instituto y a mi simplemente me llamaban hermana de Leah. Dicho así parece que me caiga mal, pero no es así, ni mucho menos, es solo que me daba un poco de rabia que solo fuera ella. Se podría decir que estaba un poco celosa, mi ego leonino es el que tiene la culpa.