01

157 15 0
                                    




✧≫≫≫≫≫≫≫ ✧ ≫≫≫≫≫≫≫✧

✧≫≫≫≫≫≫≫ ✧ ≫≫≫≫≫≫≫✧

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

✧≫≫≫≫≫≫≫ ✧ ≫≫≫≫≫≫≫✧




-¡¿Qué dices?!- gritó mi hermana mayor sorprendida mientras se empezaba a tronchar.

Puse los ojos en blanco. Mis padres y mis hermanas estuvieron un buen rato riéndose de mi. Creo que hasta nuestra perrita que se encontraba encima de mis pies también se reía de mi.

-Lo estáis exagerando todo demasiado- hable y sin querer se me contagió sus risas, sonreí haciendo que mis hoyuelos se notaran mucho más.

-Mentirosa, has estado sentada en el bordillo fuera de casa hasta que hemos llegado nosotros- explicó Pandora señalándome con una mirada acusadora mientras en su boca seguía una radiante sonrisa.

Seguí riendo suavemente con ellos y me llevé un trozo de pescado a la boca y me vino una cosa en mente, que usaría para que se dejaran de reír de mi.

-Bueno... Aquí me parece que os reís mucho de mi- empecé con una sonrisa de oreja a oreja- pero nadie está hablando de que hoy por la mañana Honey se ha cagado en el zapato nuevo de papa.

-Daph...- comenzó a decir mi padre con una mueca de terror y angustia

Mis hermanas y yo reímos aún más, pero mi mamá dejó de reír y miró a mi padre con sorpresa.

-¿Enserio, Alexander?- dijo mi madre con los ojos achinados y mirando a mi padre

-Si, pero ya las he limpiado cariño

Al final, todos seguimos riendo y Honey, la perrita subió a mi falda para que le diera algo de mi plato. Justo cuando empezaba a darle un poco de pescado mi padre tosió un poco, haciendo que todas lo miráramos.

-¿Que pasa papá?- preguntó Leah que se encontraba a mi lado

-¿Sabéis que vuestro padre ha abierto un restaurante hace poco?- dijo ahora mi madre. Las tres asentimos levemente. Yo con la mirada fija en mi madre mientras Honey seguía comiendo cosas de mi plato.- Pues le han dado la oportunidad de ir a Alemania con toda la familia durante unas cuatro o cinco semanas para cocinar en un hotel.

Mis ojos se abrieron como platos e intuí que los de mis hermanas también.

-¿Enserio?- es lo único que logré decir .

𝙍𝙀𝘿 | 𝙍𝙤𝙗𝙞𝙣 𝙇𝙚 𝙉𝙤𝙧𝙢𝙖𝙣𝙙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora