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HABÍAN TRANSCURRIDO varias horas desde que la pareja de consortes había abandonado por completo el establecimiento en el solían vivir con anterioridad . La cabecilla de tal decisión y por lo tanto el conductor designado , Merle , no se habría detenido ni por un solo segundo desde que emprendió aquel viaje . Su objetivo , más que claro , era alejarse lo más posible de la prisión sin siquiera voltear a mirar a todo aquello que dejaba atrás con su partida .
La prisión ya no era un lugar estable y mucho menos seguro , podrán llamarlo cobarde por haber desertado cuando más se lo necesito , pero lo que realmente hizo fue garantizar la seguridad de su pareja por encima de sus deseos personales .
Tras su inminente anatomía se encontraba este mismo , el italiano a duras penas lograba sostenerse de su torso y luchaba contra sus deseos primarios que le pedían entre gritos que cediera ante la idea de quedarse completamente dormido en ese preciso instante . Su condición física aún dependía de un hilo y no habría pasado mucho desde que una sepa lo hubiera atravesado .
Pero para siquiera llegar a comprender la razón tras la decisión tan impulsiva que tomo el hermano del cazador , primero tendríamos que entender el seguimiento de los hechos previos que lo desencadenaron .
Hace tan solo siquiera un par de horas antes , el italiano yacía recostado en una cama mirando el techo de su celda con abandono , sumergido por completo en sus propios pensamientos y en la constante melodía que solía cruzarse por su canal auditivo cada vez que Merle abría su boca para hablar . Este último se encontraba sentado en el borde de la cama mientras lo observaba para luego cada cierto tiempo pasear su callosa mano en una de las mejillas del tano en busca del mínimo indicio de fiebre o de cambio repentino en su temperatura corporal . Aunque si bien habían personas especializadas para realizar dicha acción , el quería asegurarse por mérito propio de que su esposo estuviera perfectamente bien .
El tano encontraba completamente divertido el repentino cambio de actitud en su pareja , era como si un alienígena hubiera suplantado a su descuidado y relajado Merle por uno más atento , y con una actitud más sobreprotectora .
Ante cualquier deseo o petición que se le pudiera cruzar por la cabeza al italiano , el cazador ya se encontraba de pie , listo para cumplirla .
Contiguo a aquella situación , unos cabellos tan dorados como el sol se asomaron por la puerta de la celda . Una pequeña sonrisa se dibujo en los labios del ragazzo al reconocer a la dueña de estos .
—Debes tomarte un descanso Merle , yo cuidare de el , no te preocupes— sugirió Beth con una dulce sonrisa entre sus labios , posando su mano en el hombre del cazador .
Alessandro encontraba impresionante la naturalidad con la que la adolescente podía actuar frente al que todos consideraban como el Dixon más rudo de los tres . El respeto parecía ser mutuo , por mucho que Merle no lo reconociera en voz alta . En cuanto este último abandono la escena , el varón hablo .