The Originals: "Danielle Salvatore" [1] Klaus Mikaelson

§ Les prometí una eternidad de miseria §

Danielle
Mystic Falls, 2009.

Termino de quitar las costras de mis botes de pintura con ayuda de agua hirviendo y una espatula. Cuando termino de organizar todo salgo del estudio para observar la noche estrellada. Me distraigo solo un momento con las luces titilantes del cielo, las cuales parecen danzar en silencio, creando un contraste fascinante con la oscuridad profunda que las rodea. El aire fresco de la noche acaricia mi rostro, trayendo consigo el susurro de los árboles lejanos.

De repente, el sonido de pasos apresurados rompe mi tranquilidad. Me giro para encontrar a mi sobrino Zach, con el ceño fruncido, caminando hacia mí con determinación. Antes de que pueda preguntarle qué sucede, él me muestra un periódico.

—Lo prometiste.

Lo tomo, aún desconcertada por su repentino enfado, y mis ojos se fijan en la título del artículo principal Cuerpos encontrados mutilados por animal.

—Fue un ataque de animales— camino de nuevo al estudio para dejar el periódico sobre el escritorio.

—No me engañas. Sé como es— me sigue de cerca—. Los destrozas lo suficiente para que parezca que fue un animal.

—Zach...

—Me dijiste que lo tenías controlado.

—Así es— detengo sus acusasiones.

—¿Por qué están discutiendo?— cuestiona Stefan entrando a la habitación.

—Míralo por ti mismo— Zach señala el períodico para que Stefan lo lea— Por favor, tíos, Mystic Falls ahora es diferente. Lleva años tranquilo, pero aún hay personas que recuerdan y el que ustedes vuelvan va a alborotar las cosas.

—Esa no es nuestra intención, Zach— le asegura Stefan dejando el períodico en su lugar.

—¿Entonces para que volvieron, después de tanto tiempo?

—No tenemos que explicártelo— respondo por mi hermano atrayendo su atención de nuevo a mi—. Está sigue siendo nuestra casa, siempre lo será, por lo que tenemos todo el derecho de quedarnos aquí el tiempo que sea necesario.

Puedo notar como se tensa y la impotencia que siente ante nosotros.

—Yo sé que no pueden cambiar lo que son, pero ustedes ya no pertenecen aquí.

—¿Entonces a dónde pertenecemos?— le cuestiona Stefan siguiendo con está conversación estúpida.

—No les diré que hacer, pero regresar aquí fue un error.

Observamos a Zach salir del estudio, dejandonos solos.

—Tiene razón, no debimos volver.

—Se cual es el riesgo Danielle, pero no tengo opción— me asegura—. Tenía que conocerla.

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Continuo mezclando los diferentes tonos de azules con blanco y grises en mi paleta, obsesionada por capturar el exacto matiz de los ojos que me acechan en mis sueños. Son ojos que parecen esquivar la luz, profundos como el abismo, llenos de una mezcla inquietante de ferocidad y deseo, pero también de una melancolía que hiela el alma.

En medio de mi concentración, Zach aparece en la puerta con dos vaso de bourbon en la mano, se acerca para ofrecerme uno mientras observa mi trabajo.

—No son tus ojos— murmura Zach con una inclinación de cabeza, observándome con curiosidad— No son los ojos de nadie de nuestra familia, ¿o sí?

—No lo son— respondo sabiendo a quién se refiere—Estos ojos son diferentes. Perturban y atraen a partes iguales. Son los ojos de alguien que ha vivido demasiado tiempo, con historias tan oscuras como la noche misma.