°Tiempos Entrelazados° Lady Lesso x Lectora

Cap 12 °Más Allá del Destino°

El beso continuó, una danza de labios y emociones que parecía no tener fin. Sentía cada latido de su corazón resonando contra el mío, como si nuestros cuerpos estuvieran perfectamente sincronizados en ese momento eterno. Las manos de Leo se aferraban a las mías, sus dedos entrelazados con los míos en una promesa silenciosa de nunca más separarse. Cada caricia, cada suspiro era una afirmación de nuestro amor redescubierto. De repente, el sonido de tacones resonando en el pasillo rompió el hechizo de nuestro momento. Nos separamos ligeramente, nuestras respiraciones entrelazadas y nuestros ojos llenos de preguntas sin respuesta. Leo, con los ojos llenos de determinación y miedo, me susurró con voz temblorosa "No quiero dejarte ir, Carol. No ahora que estoy recordando todo. No otra vez."

La urgencia en su voz me desgarró el alma. "Yo tampoco quiero, Leo. No sabes cuánto lo he temido. Cada vez que recordamos todo y volvemos a reunirnos, siempre termina igual. Siempre nos separan." Mi voz se quebró al final, y mis manos apretaron las suyas con más fuerza, como si temiera que desaparecería en cualquier momento.

"Pero esta vez será diferente," prometió Leo, aunque ambos sabíamos lo incierto que era el futuro. "No dejaremos que nos separen otra vez."

En ese momento, una figura apareció al final del pasillo. Era Dovey, sus ojos llenos de preocupación y resolución. Su presencia era una mezcla de realidad que amenazaba con quebrar el frágil caparazón de nuestro reencuentro. "Carol," llamó Dovey, su voz firme pero teñida de preocupación. Mis ojos se encontraron con los de Leo, y aunque nuestras manos seguían entrelazadas, el miedo de tener que separarnos otra vez se hacía palpable. Sin embargo, en ese instante, algo cambió. Ya no éramos solo Calista y Lyra, reencarnaciones atrapadas en un ciclo interminable de separación y dolor. Éramos Carol y Leo, decididas a luchar contra cualquier destino que intentara apartarnos.

"¿Qué está pasando aquí?" exigió Dovey, su voz cortando el aire con una precisión afilada. "Necesito explicaciones, y las necesito ahora."

Leo se adelantó ligeramente, su postura protectora manteniéndome a su lado, su mano nunca soltando la mía. "Estamos juntas ahora, Dovey," declaró con firmeza. "Y eso es más importante que cualquier otra cosa, sé que no entiendes nada y nosotras estamos intentando recordar todo, pero esto es más importante que cualquier otra cosa". Mientras Leo hablaba, mis pensamientos comenzaron a vagar. Las palabras de Dovey parecían lejanas, como un murmullo perdido en el viento. Mi mente viajaba a través de los recuerdos, viendo a Leo casi reencarnando a Lyra y a cada una de sus encarnaciones, defendiendo nuestro amor con la misma pasión y valentía que milenos atrás. Era como si nuestra historia estuviera destinada a repetirse una y otra vez, un ciclo interminable de amor y separación.

Leo continuaba intentando explicar todo a Dovey. "Entiendo que esto es complicado," decía con voz firme, aunque sus ojos reflejaban la misma confusión que yo sentía. "Pero Carol y yo...digamos que somos reencarnaciones de Calista y Lyra, estamos unidas a través del tiempo. Hemos sido separadas una y otra vez, por una maldita maldición, pero aun así siempre encontramos el camino de regreso, lucharemos porque ya no, nos separen... jamás nos volverán a separar"

Dovey nos miraba con incredulidad, tratando de absorber toda la información. "Esto es... absurdo" murmuró, sus ojos escaneando nuestros rostros en busca de alguna muestra de broma o juego mientras nos miraba viendo que no había ningún rastro de broma todo era muy serio "¿Cómo es posible que esto esté sucediendo?"

Leo apretó mi mano, su fuerza dándome el coraje para hablar. "Dovey...sé que es difícil, pero no es una broma, es la verdad, aunque sea difícil de creer hemos sido atrapadas en un ciclo interminable" dije, mi voz temblando, pero decidida. "Hace milenios nuestras almas se enamoraron, pero por ese amor un mago nos lanzó una maldición que nos atrapo, nuestras almas reencarnar cada 300 años, y siempre volvemos a enamorarnos, pero esta vez no queremos que nos separen...no queremos"