°Tiempos Entrelazados° Lady Lesso x Lectora

Cap 5°Pequeños detalles°

Observé a Lady Lesso deslizarse por el pasillo con una gracia que dejaba tras de sí una estela de misterio y autoridad. Su figura se movía con una elegancia natural, y sus ojos, fijos en los míos, transmitían una urgencia silenciosa. "Vamos, muévete", pronunció con una voz que cortaba el aire, y sin pensarlo dos veces, me puse en marcha, dejando que los pasos resonaran en el suelo de piedra mientras me dirigía hacia ella. A medida que avanzábamos, podía percibir la distancia creciente de los pasos de Dovey, quien se alejaba discreta y seguramente enfurecida, mientras me sentía como una sombra siguiendo a Lady Lesso, sumergida en la atmósfera de expectación que nos envolvía.

Finalmente, llegamos a una puerta que Lady Lesso abrió con un gesto decidido. La puerta reveló una escena digna de los sueños más lúcidos, una biblioteca vasta y majestuosa. Mi aliento se detuvo por un momento ante la magnitud del lugar, con estanterías que se elevaban hacia el techo y libros que parecían contener conocimientos antiguos y secretos. "¿Qué haremos aquí?... digo, ¿no deberíamos intentarlo en el patio?" sugerí con delicadeza, consciente de la imprevisibilidad de Lady Lesso. Sus ojos, sin embargo, brillaron con un resplandor frío mientras me miraba. "Querida, ¿cómo vamos a hacer algo que no sabemos?" respondió con un tono cortante, como si la respuesta fuera una verdad evidente que debería conocer.

"Ho... bueno, yo... solo pensé..." comencé, pero fui interrumpida de inmediato por su voz tajante. "No pensaste, eso es lo que ocurre. ¿Acaso siquiera sabes lo que han estado haciendo?" dijo mientras extraía libros de una estantería y los colocaba sobre una mesa cercana. Me quedé en silencio, observándola con una mezcla de incomodidad y tranquilidad.

"No lo sé... pero no es mi culpa", respondí finalmente, sintiendo la presión en el ambiente. Lady Lesso continuó dispuesta, organizando los libros con una precisión que revelaba su experiencia en la materia.

El silencio de la habitación se desgarró con la dureza de sus palabras. Lady Lesso me observaba con una expresión que se balanceaba entre la burla y la curiosidad, como si estuviera disfrutando de la revelación de mi frustración. "Entonces, ¿tú solo te paras allí y simplemente miras? ...y así ha sido todos los días?" preguntó con una ironía palpable, como si estuviera desentrañando un misterio divertido.

La frustración que había estado acumulando desde mi llegada brotó con cada palabra que pronunció. "Bueno, no es mi culpa que no quieran mi ayuda... simplemente me tratan como si fuera un objeto. Ni siquiera sabían mi nombre... ¿crees siquiera que me explicarían algo? Solo están intentando enviarme a casa, como si hubiese sido una carta que llegó a la casa del vecino y él simplemente la devuelve...No sé qué ocurre y ni siquiera he podido salir de la habitación...es la primera vez que veo algo diferente al patio y mi habitación... además mira mi ropa, solo me dieron un par de vestidos viejos y rotos, no les importo...Yo también quiero irme a casa, pero eso no significa que no tenga sentimientos...Además, nunca me explicaron nada... eso es lo que sé, lo que el primer día pasó nada más... yo no merezco ser tratada así", exclamé, dejando que cada palabra emergiera con la fuerza de mi confusión y malestar.

Lady Lesso, lejos de reducir su expresión de burla, pareció escuchar atentamente mis palabras. "Bueno, Corderito, Bienvenida al club...Son Siempres... príncipes y princesitas egoístas que solo piensan en su beneficio, y tú, tanto como yo, somos simples peones en un juego donde el único final feliz serán de ellos", respondió con una calma que contrastaba con sus palabras, y dejó un libro sobre mi mesa denotando que quería dejar la conversación. Y aunque sus palabras resonaron frías, percibí un matiz más profundo detrás de ellas, empatía, comprensión, entendimiento y, en cierta medida, tristeza, sintiendo como si la frialdad fuera solo una fachada que ocultaba las cicatrices de sus propias experiencias.

El eco de mis palabras se desvaneció en el aire cuando, antes de que pudiera expresar más, Lady Lesso me interrumpió con un gesto de su mano delicada pero firme. "Bueno, mejor comencemos. Lee este libro...Debemos saber qué fue lo que te envió aquí para entender qué te llevará de vuelta... te dejé un libro de magia básica para que entiendas el siguiente", pronunció con un tono serio, aunque sus ojos revelaban una preocupación que contradecía su apariencia fría. El libro reposaba en la mesa frente a mí y sentí como el simple acto de ofrecerme la posibilidad de entender lo que me había sucedido me llenó de una extraña sensación de consuelo. Quizás Lady Lesso no era la malvada y terrorífica figura que todos describían, quizás, solo quizás, había más en ella de lo que los rumores sugerían.