Cap 14 ºEl Fin?º

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Leo me miró con ojos llenos de lágrimas, su rostro reflejando una mezcla de amor y desesperación que resonó profundamente en mi interior. Sin decir una palabra, me abrazó con una fuerza que parecía querer anclarnos al mundo, como si ese simple gesto pudiera detener lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor. Y a nuestro alrededor el mundo se desmoronaba. Relámpagos caían del cielo en una danza frenética y aterradora, iluminando el patio con destellos cegadores. El tiempo mismo parecía quebrarse, como un espejo roto que reflejaba múltiples realidades al mismo tiempo. Podía ver el sol y la luna compartiendo el cielo, un espectáculo surrealista que no debería ser posible. Las estaciones cambiaban con una rapidez vertiginosa: un segundo estábamos rodeadas por el calor abrasador del verano y al siguiente, el aire se enfriaba con la mordida del invierno, dejando caer nieve que se derretía antes de tocar el suelo.

El viento rugía a nuestro alrededor, arrastrando hojas de otoño y pétalos de primavera en un torbellino caótico. Era como si el mismo tejido de la realidad estuviera desgarrándose, y nos encontrábamos en el ojo de la tormenta. "¡No voy a dejarte ir, Carol!" gritó Leo, aferrándose a mí con una intensidad que me hizo temblar. Su voz apenas era audible sobre el rugido del caos, pero la fuerza de sus palabras penetró el tumulto. "No puedo... no quiero."

Dovey, que había estado observando desde una distancia segura, se apartó aún más, sus ojos llenos de miedo y confusión. El caos era palpable, como una fuerza viva que amenazaba con devorarlo todo. Los edificios cercanos crujían bajo la presión del tiempo distorsionado, y el suelo bajo nuestros pies vibraba como si el mismo planeta estuviera sufriendo. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras me aferraba a Leo, sintiendo su calor y su amor incluso en medio de la tormenta que nos rodeaba. "No podemos hacer nada," le dije entre sollozos, mi voz temblando con la impotencia que me embargaba. "El hechizo... jamás nos dejará."

A través de las lágrimas, vi el reflejo de nuestro amor eterno, una luz brillante en medio de la oscuridad. Habíamos luchado tanto y tan duro para estar juntas, y ahora enfrentábamos el precio de ese amor prohibido. Cada fibra de mi ser quería resistir, luchar contra lo inevitable, pero también sabía que el hechizo que nos había mantenido separadas durante siglos era implacable y cruel. A nuestro alrededor, la realidad se fragmentaba cada vez más. Los árboles crecían y marchitaban en cuestión de segundos, como si vivieran y murieran en un suspiro. El cielo cambiaba de color, pasando del azul al negro, del dorado del amanecer al carmesí del atardecer, en un ciclo interminable y acelerado.

"Leo, no podemos luchar contra esto," susurré, mi voz ahogada por la emoción y el terror. "Siempre nos encontramos y siempre nos perdemos. No sé si alguna vez podremos romper este ciclo." Pero incluso mientras decía esas palabras, una parte de mí se negaba a aceptarlas. La conexión que compartíamos era más fuerte que cualquier maldición o hechizo. Sabía que Leo sentía lo mismo, su abrazo reafirmando nuestra determinación compartida de encontrar una manera, cualquier manera, de desafiar nuestro destino.

En medio del caos que nos rodeaba, Leo aflojó ligeramente su abrazo y me miró a los ojos, con una calma sorprendente, dadas las circunstancias. A pesar de todo, había una serenidad en su mirada, como si hubiera encontrado una verdad más allá del desorden que nos envolvía, como si toda la desesperación se hubiese convertido en entendimiento. "Está bien, Carol," dijo ella, su voz suave pero firme. "Al menos tengo la seguridad de que volveremos a vernos. Siempre lo hacemos. Eso me deja tranquila. No pienso hacer ese ritual, porque aunque nos separemos ahora, sé que siempre volveremos a encontrarnos. Y al menos, agradezco eso."

Sus palabras resonaron en mi corazón, trayendo una mezcla de alivio y tristeza. La certeza de que nuestro amor trascendía el tiempo y el espacio era reconfortante, pero también me llenaba de un dolor profundo al saber que nuestro tiempo juntos en esta vida podría estar llegando a su fin. "¿Por qué?" sollozé, con la voz quebrada por la emoción. "¿Por qué te gusta eso, Leo, si siempre nos separan? ¿Por qué no luchamos más?"

°Tiempos Entrelazados° Lady Lesso x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora