XIX

38 5 1
                                    

-¿Estás bien?- preguntó JJ en cuanto detuvo la motocicleta.

-Sí- Barcode se acercó a paso lento.

-Ven aquí- extendió sus brazos notando el ánimo algo decaído en el menor.

-Es que... yo...- rodeo su cintura con los brazos, quedando recargado sobre el pecho del mayor- ¿Y si no sirvo para esto?- soltó un sollozo.

-No digas eso, es tu primer día, ninguno de nosotros sabe todo al principio- lo abrazó con fuerza, dando pequeñas caricias en su espalda.

-¿Por que me pongo tan nervioso?- preguntó en voz alta- ¿Por que algunos alumnos me parecen intimidantes? Yo debí ser la autoridad en ese salón, pero creo que no sienten ningún respeto-

-Barcode, apenas fue un día y eres alguien nuevo para ellos, no te lo tomes así- se separó un poco para limpiar algunas lágrimas- Es normal que sientas esas cosas, es lo que te ayuda a formar tu carácter, con el tiempo-

-Pero es que parece que le hablo al aire, nadie quiere participar, que soy invisible y no me escuchan- comentó frustrado.

-Es porque están en la primer semana, así son, sobretodo los de primer semestre- se separó por completo tomando sus manos únicamente- Tienes que aprender a sobrellevar esto, porque siempre habrá alumnos de ese tipo-

-Es lo peor, que eso lo sé, lo vi contigo también, pero por alguna razón, lo sentí diferente- suspiró tranquilizandose.

-Eso es porque estás tu solo, no tienes un respaldo, ni alguien que hable por ti cuando no sabes que decir- pellizcó una de sus mejillas, dejando un beso corto después en la misma- Confía en mí, aprenderás a manejarlo-

-¿Y por que me das un beso?- golpeó su brazo con suavidad- Te aprovechas de que estoy sensible-

-Lo siento, creí que eso te haría sentir mejor- dijo con una sonrisa- Súbete lindo- le guiño un ojo señalando la motocicleta.

Fueron directamente al local de comida casera qué frecuentaba JJ, hicieron su orden mientras Barcode le contaba cada cosa experimentada en sus tres clases.

-Entonces... él te ayudó- comentó con una mueca.

-Si, sacrificó su hora libre para ayudarme ¿Cómo debería pagárselo?- preguntó.

-No lo sé- se encogió de hombros- Solo dile gracias y listo-

-No creo que sea suficiente, en serio me salvó de un bloqueo- abulto sus labios en un puchero.

-No hablemos más de él, solo dices cosas buenas, ya no quiero oirlo- se quejó.

-Creí que estarías feliz de saber que alguien me ayuda- frunció el ceño.

-No hagas eso- señaló su rostro- Me deja tranquilo saber que alguien se ofrece a ayudarte, pero no me gusta ese exceso de atenciones- desvió su mirada.

-Solo es amable, ni siquiera lo conoces- dijo en modo de reclamo.

-¿Cómo sabes que no?- volvió a mirarlo fijamente.

-¿Si? Debiste decirme ayer, cuando te conté por primera vez sobre él- volvió a formar un puchero con sus labios.

-Espero que no hagas eso frente a él, te ves tan tierno- sonrió de nuevo- Te hubiera invitado a mi departamento, lindo- guiño su ojo derecho- A pasarla bien-

-¡JJ!- giro su rostro para evitar la mirada- Me confundes, un día quieres ir despacio y al siguiente me dices estas cosas-

-Lo siento, trato de hacerlo bien, pero a veces no puedo evitarlo, me gustas mucho- estiró su mano para tomar una de las del menor.

¿Flechazo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora