IV

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Barcode bajó del autobús una calle antes de la escuela, con muchos más estudiantes que asisten a la misma, de no ser porque su ropa de vestir era de diferente color, casi podía sentirse como un estudiante de bachillerato nuevamente.

Ingresó al plantel, recordando donde estaba la sala de maestros, dejó sus cosas en el escritorio, aprovechando para poner su primer decoración para personalizarlo, una taza para el café en color blanco y pequeños destellos en tinta negra.

-Eres mío Barcode- escuchó la voz detrás de él, demasiado cerca de su oído, seguido de una mano haciendo un poco de presión en su espalda baja.

-¿De verdad?- preguntó girandose, quedando un poco presionado entre el cuerpo del mayor y el escritorio.

-Sí, se quejaron un poco de que los demás profesores no tendrían quien sacara las copias, pero no importa, en cuanto les dije que entonces entre ellos iba a repartir las horas extra, se quedaron callados- dijo con una sonrisa- Trajiste una taza-

-Sí- asintió regresando a verla sobre la mesa.

-Perfecto, porque es hora del café- se separó para ir a su propio escritorio, a un costado, tomando su teléfono y la taza de un cajón.

-¿Tan temprano?- preguntó.

-Así es, yo no tengo clases en la primer hora, así que aprovecho para mi café, terminar de despertar y repasar las planeaciones, porque no tengo otro descanso en todo el día más que el receso- explicó- Vamos a poner la cafetera-

Barcode lo siguió con su taza en mano, sintiendo una qué otra mirada de los profesores qué seguían ahí. Preparon todo y encendieron la mencionada cafetera, esperando unos minutos a que terminara su proceso.

-¿Qué haremos primero?- cuestionó cuando se sentaron con sus tazas humeantes.

-La primer hora que vamos a dar son matemáticas, demasiado temprano para algunos alumnos, pero es álgebra... no esta tan difícil- dio un sorbo- Llegaste más temprano que yo-

-Ah.. sí, no había tanto tráfico, el autobús hizo menos tiempo- comentó.

-Recuerdo el autobús, lo odiaba, lleno de más estudiantes, hacía calor, no cabía ni un alma más, pero el chófer seguía subiendo personas- soltó una risa.

-¿Vienes en auto? Qué tonto, claro que tendrás uno- se corrigió a si mismo.

-No es un auto- respondió- Vivo al límite, aquí- sacó su teléfono para enseñarle una fotografía- Linda ¿Verdad?-

-¿Vienes al trabajo en esa motocicleta?- preguntó algo sorprendido.

-Así es, me encanta, cuando quieras te llevo- guiño su ojo derecho.

-Ah.. no, gracias. Mis padres se pondrían como locos si me vean arriba de eso- negó con la cabeza.

-¿Por que? Yo creo que.. te va a gustar montarla- comentó- Sobretodo si soy yo quien conduce, no debes tener miedo con un experto al volante-

-¿Cuanto tiempo tienes con ella?- preguntó.

-Tres años, piensalo.. por si algún día tienes curiosidad, me dices, te subes conmigo y te llevo por ahí a divertirte un rato- sonrió de lado.

-Ayer te veías tan serio regañando a esos estudiantes- sonrió antes de beber su café.

-Frente a ellos es importante mantener una figura de autoridad, muchas veces al ser demasiado amables, no te respetan o no te ven como alguien que tiene un cargo- se encogió de hombros.

-Yo parezco uno de ellos, creo que fácilmente puedo mezclarme- hizo una mueca- ¿No me van a respetar?-

-No funciona asi Barcode, te ves joven, lo admito, pero es más una cuestión de presencia o actitud, la cosa es que no seas demasiado relajado o amigable, porque aquí eres su profesor, no su amigo- dijo un poco más serio- Hay alumnos que pueden intentar cruzar la línea, eso solo trae problemas para ti, lo aprendí a la mala-

¿Flechazo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora