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"ʸᵒᵘ ᵃʳᵉ ⁱⁿᵈⁱᶠᶠᵉʳᵉⁿᵗ"Oliver miraba el reloj de su muñeca con algo de frustración y nerviosismo, realmente, todas las emociones negativas se habían revuelto en su estomago hoy
Llevaba cinco minutos retrasada, pero él no podía objetar, si estaban en aquella situación apretada era su culpa, aunque agradecía que la elegida hubiese sido Perla y no cualquier otra hija de cualquier rico
Había viajado desde su ciudad natal hasta el otro lado de Italia solo para esa cena, luego de uno de los más grandes regaños de parte de sus padres, y una decisión apresurada tomada por ellos
Dejo de preocuparse tanto cuando la vió entrar al restaurante, la noche ya estaba algo fría, había escogido un restaurante elegante, con vista a la costa, esperando compensar la penosa situacion en la que estaban, ella llevaba un abrigo que fue quitado amablemente por quienes la recibieron, llevaba un vestido rojo precioso, con cuello de tortuga, y su cabello estaba suelto, usaba labial rojo y podía voltear algunas miradas al pasar
Él se levantó cuando ella llegó y le retiro la silla hacia afuera para que tomara asiento
- lamento hacerte esperar, tuve un pequeño inconveniente-. Se disculpo ella, con su acento italiano marcado
- descuida, esta bien, no hay problema-. Contestó él
El silencio que hubo entre ambos fue muy incómodo, ella mantenía su expresión neutra de siempre, pero no había que ser muy listo para darse cuenta que estaba incomoda, al igual que él
- wow, hace, ¿hace cuanto no nos vemos?-. Preguntó Oliver, tratando de hacer menos incomoda la situación
Ella se encogió de hombros
- tampoco me acuerdo muy bien-. Contestó
El silencio volvió, aunque fue interrumpido por la llegada de la carta y la bebida que el chico había pedido para esperar
- ¿y?, ¿que tal tu día?-. Preguntó el chico, mirando la carta, no conocía mucho de los platos que había en aquella carta, se iría por lo fácil, una pasta y cualquier salsa rara que le pusieran allí
- Regular, nada nuevo-. Contestó ella -¿ y el tuyo?
- tuve un viaje cansado, pero bien, el hotel es lindo-. Contestó
- tu mamá me llamó en la mañana, pero no sabía a qué hora habías llegado-. Comentó ella, cerrando la carta, tenía una mueca que bearman no supo como clasificar ¿buena?, ¿mala?