Perla llegó a la puerta de su apartamento, sintiendo que su corazón salía por su pecho, no era capaz de tomar el pomo de la puerta y entrar
Trato de entrar con su llave, pero se percató que habían cambiado la cerradura a la que ella había dejado antes, Leo no estaría en la ciudad por temas familiares, así que no podía quedarse con él
Oyó unos pasos, y el sudor bajo por su frente, nisiquiera hacia tanto calor pero sentía que se iba a morir allí mismo, la puerta se abrió, Arthur la recibió con una expresión seria - buen día-. Saludó, haciéndose a un lado para que ella pasara
Perla no quería, pero lo hizo, no había donde escapar esta vez, su miedo era más grande que nada
Lo único que se escucho fue el elevador, indicando que alguien bajaba al pasillo, añadiendo las ruedas de su valija
Él estaba ahí, como su fuese su casa, como si ella no pudiese exigir nada, sirviendo un vaso de agua en su cocina
- ¿que haces aquí?-. Preguntó ella, dejando su valija a un lado del sillón grande, mirando expectante a la respuesta de Leclerc, quien parecía tranquilo
- teníamos que hablar, ¿no crees que queda algo pendiente por resolver?
- No, pensé que ya te había dicho todo
- todo no, no me dijiste que lo tuyo y lo de ollie era un arreglo, ¿tratas de evitarme?
Perla suspiró, cansada y aturdida mientras se dejaba caer al sillón. No extrañaba esto, sentir que Arthur podía hacer cualquier cosa, haciéndola sentir inútil y desprotegida
Oyó los pasos acercarse, le entrego un vaso con agua y se sentó al lado suyo, a ver la televisión como si fuese un día cualquiera, recargando uno de sus brazos en el respaldo y el otro rodeando el sillón en dirección a ella, perla sentía que su cuerpo le fallaría, no estaba preparada para enfrentarlo y gritarle, no después de que apenas había tomado fuerzas de hacer todo lo que suponía debió hacer hace un año
- estuve pensando en qué podríamos ir a milán, pero me enteré que vendiste el apartamento, ¿por qué?
- ya no lo ocuparia nunca más-. Contestó, desviando su mirada, sintiendo un nudo en la garganta
Arthur le miró, esperando a que dijera algo -¿no hablaremos de lo de ollie y tú?, me tienes ansioso esperando una respuesta
Siempre hacia eso, preguntarle como si todo fuese misterioso por ella, cuando era él el que no preguntaba
Simplemente negó con la cabeza - no hay de qué hablar-. Su voz sonó quebrantada un poco, obligandola a cerrar su boca y mantener su mirada en la televisión
- oye, no te pongas así, quiero que las cosas salgan bien, ¿si?, no quiero discutir-. Tomó sus manos acercandola a él con cautela
- No-. Interrumpió ella, trago saliva mientras Arthur sostenía sus brazos, acariciando con sus dedos su piel al descubierto, mirándola con comprensión y confusión a la vez - vete, por favor, solo vete
- no, te dije que haría lo imposible y aquí estoy, yo sé que aún podemos