O M NISCIENTE
El aire fresco de la mañana llenaba el campo de entrenamiento de Rocadragón, y el sol apenas comenzaba a ascender sobre el horizonte, bañando todo en un suave resplandor dorado. Visenya Targaryen, con su cabello plateado brillando bajo la luz del sol, se encontraba de pie con un arco de madera en sus manos, observando el blanco a lo lejos. Su respiración era lenta y medida, sus ojos de amatista enfocados en el centro del objetivo.
Con una gracia y precisión innata, Visenya levantó el arco, ajustando cuidadosamente la flecha. El silencio reinaba a su alrededor, roto solo por el suave crujido del cuero al tensar la cuerda del arco. Cerrando un ojo, alineó la punta de la flecha con el círculo central del objetivo. Su mente estaba en calma, cada pensamiento y emoción centrados en ese único punto.
Finalmente, soltó la cuerda. La flecha voló a través del aire con un zumbido agudo, su trayectoria perfecta e implacable. Durante un breve segundo, pareció que el tiempo se detenía, el mundo entero pendiente del vuelo de la flecha. Y luego, con un sonido seco y satisfactorio, la flecha se clavó en el centro exacto del objetivo, atravesando el círculo y quedándose firmemente incrustada.
Un murmullo de admiración se levantó entre los observadores cercanos, pero Visenya no mostró ningún signo de complacencia. Sus labios formaron una fina línea de determinación, sus ojos nunca apartándose del blanco. Respiró hondo y asintió, más para sí misma que para los demás. Sabía que la precisión requería práctica, y cada tiro exitoso era un paso más hacia la perfección.
Sin embargo, la práctica no había terminado. Visenya sacó otra flecha de su carcaj, su mirada todavía fija en el objetivo. La concentración en su rostro era palpable, y sus movimientos fluían con una facilidad que solo se lograba tras años de entrenamiento. Volvió a levantar el arco, repitiendo el proceso con la misma precisión meticulosa.
De nuevo, la flecha voló por el aire, y una vez más, atravesó el centro del blanco, confirmando su habilidad. Los espectadores no pudieron evitar aplaudir, impresionados por su destreza y control. Visenya, sin dejarse distraer, bajó el arco y permitió que una pequeña sonrisa de satisfacción apareciera en su rostro. Había alcanzado su objetivo, pero para ella, siempre había un nuevo desafío a la vuelta de la esquina.
Ya no era la niña que solía correr por los pasillos, con el cabello alborotado y los ojos llenos de curiosidad infantil.
Su cabello, largo y plateado, caía en suaves ondas sobre sus hombros y espalda, reflejando la luz como si estuviera hecho de hilos de luna. Sus ojos, de un lila profundo, eran ahora más serenos y calculadores, mostrando una madurez que solo el tiempo y la experiencia pueden otorgar.
Su cuerpo había cambiado, adquiriendo curvas suaves y elegantes que hablaban de una feminidad madura y poderosa. Su cintura se había afinado, realzando la plenitud de sus caderas y la redondez de sus senos, que ahora llenaban perfectamente los escotes de algunos vestidos.
—Que tontería—espetó Visenya a su madre—¿Vaemon Velaryon no era un segundo hijo?no tiene relevancia en la vida.
—Debemos ir a King's Landing,a luchar por la legitimidad de tus hermanos y por lo tanto mi nombramiento como heredera—Rhaenyra se acercó a su hija—y sobre todo tu herencia.
—Manda a Daemon a matarlo, y se termina el problema —expresó, alzando el arco para tirar la flecha—. Si él no quiere, puedo ir yo.
Rhaenyra negó—Hay asuntos que hablar con el rey y la reina—dijo—nos iremos mañana.
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𝐅𝐎𝐑 𝐔𝐒-Aegon ii Targaryen
Fiksi PenggemarAegon y Visenya, integrantes de la poderosa Casa Targaryen, se encuentran enredados en un amor prohibido mientras su familia se prepara para desencadenar una guerra en los Siete Reinos. Entre intrigas palaciegas y traiciones, luchan por mantener viv...