Sé que tiene miedo a mi hermano, pero no dejaré que le haga daño. Si me llegará a enterar, sabría conocerme como enemigo y no se lo recomiendo. Le dejé claro, que ella era intocable. Allá él si quiere arriesgarse a tocarme los cojones. Ella muchas veces no habla, pero te pide ayuda con la mirada o con un gesto. Sarah le tiene miedo, se le ve en la cara cuando lo tiene cerca. Baja la mirada y tiembla y mira con pidiéndome ayuda. Sé que que de mi lado, no sé apartará, no dejará que me aparte de ella. Estoy casi seguro, que querrá dormir conmigo, no querrá dormir sola.
Cuando terminó de desayunar, la cogí de la mano y nos fuimos a su habitación, ella entró primero y yo detrás de ella. Me acerqué y la abracé, me abrazaba apoyando su cabeza en mi pecho.
—No dejaré que se acerque a tí. — la susurré. —No tengas miedo.
—No siempre estás en casa, ¿Cómo lo harás? — preguntó.
—Aunque esté lejos, siempre estaré pendiente de tí, pequeña. — ella me observó y me sonrió.
Esa mirada, esa maldita mirada, es lo que me tenía cautivado, embrujado. Sus labios me tientan, me dan ganas de besarla de nuevo. Pero no quiero que se aleje, que me aparte. Tuve que mantener la cabeza fría y no caer en la tentación y besar esos malditos labios. La sonreí y la volví abrazar.
—¿Está noche puedo dormir contigo? — lo sabía, sabía que me lo iba a pedir. —No quiero estar sola estando él.
—Claro que puedes, puede entrar a mi habitación cuando quieras, este yo o no. — me abrazó más fuerte. —Ahora vuelve a descansar, enciérrate, yo estaré en el despacho haciendo cosas.
—Si, necesito dormir, no dormí bien. — asentí.
—Pues descansa, cierra y así estás más tranquila. — sonrió.
Le dejé un beso en la frente y salí de la habitación, escuché como cerró la puerta con llaves mientras me alejaba. Cuando me acerque a las escaleras, unos pasos me hicieron girarme. Cuando lo hice, me encontré con la figura de mi hermano. Tenía puesto un pantalón de lino color blanco y camisa de lino, su rostro serio, su ceño fruncido y una mirada que mataba. Me giré de nuevo para bajar las escaleras, pero él, venía detrás de mi.
—¿Ya has encerrado a la cardíaca? — me hizo respirar hondo, tenía que mantener la calma y no discutir. —Ahi debe estar, encerrada y no salir.
—Entonces a ti, deberíamos torturarte por intento de violación. — contraataque y él calló. —¿No has escuchado un refrán que dice: "en bocas cerradas, no entran moscas."? Eso debes hacer tú.
—Si, pero debo recordarte que tú mujer está muerta, Vladimir y por culpa de ese hombre. — le miré y él apartó la mirada.
—Si, pero ella no tuvo culpa. — respondí. —Asi que te digo por la buenas, que la dejes en paz o tú y yo, tendremos problemas.
—¿Me estás amenazando? — negué con una sonrisa. —¿Estás poniendo a ella por delante que a tu propio hermano?
—Uno, no es una amenaza, es una advertencia. Segundo, tú mismo estás haciendo cosas que no te corresponden. — exclamé. —Asi que haz tu vida, deja a la chica en paz.
—Estas pensando mal, no pienses con él corazón y piensa con la cabeza, Vladimir. — me dijo. —Ella se ira y tú, estarás roto por ella. Jamás, pero jamás, sentirá algo por ti. — se fue y sonreí, este hombre está como una puta cabra.
¿Por qué siempre me repite lo mismo? No entiendo si afán de repetirme siempre la misma cantaleta. ¿De verdad crees que ella y yo seremos algo? Pues sinceramente, yo ya no lo sé. Tampoco sé porque con ella soy tan sensible y bueno, no sé porque ella me vuelve de otra manera. Me encanta como soy con ella, no soy malo, si no... Otra persona y me encanta. Sarah es tan dulce, tan inocente, tan ella. Que... Me vuelve loco y eso, me desespera.
Me encanta tanto su nobleza, me gusta su inocencia y eso me vuelve, completamente loco. Desde que la besé, no deseo estar con otra, solo quiero estar con ella. Quiero hacerla mía, quiero tener todo de ella. Sus gemidos, sus besos, sus abrazos, todo. Pero no quiero asustarla, no quiero ahuyentarla. Quiero que confíe en mi, que pueda ver en mi, distinto a ser su secuestrador. Pero que irónico todo, ¿No? Quería tenerla para tener a su padre, verla llorar y sufrir por su libertad y Ahora, quiero verla bien, sana y que nadie la haga daño.
Caminé hasta la cocina y vi a una de las empleadas, cuando me noto, me miró y me sonrió.
—Llevame un café cargado al despacho. — dije seriamente y ella solo asintió.
Fui al despacho y allí me encerré, me acerqué al balcón y miré lo que había a mí alrededor. Estaba nevando, hacia frío y sinceramente, no sentía nada. Las palabras de mi hermano, calan como un cuchillo sobre mi cabeza y no sé porque. No sé porque me afecta, porque cala tanto sobre mi cabeza y se clava sobre mi pecho. No puedo verla sufrir, no puedo verla sola y con miedo. Algo de mi le dice que la ayude, que la cuide y que nadie le haga daño.
Escuché la puerta y por ella entró la chica que pedí el café. Volví a mirar hacia el jardín, escuché la puerta cerrarse. Sentí unas manos rodeándome por la cintura y rápidamente, las aparté. Me giré para mirar a la chica, la miraba seriamente y ella me sonreía.
—¿Qué haces? — pregunté apartándola de mi.
—Llevas tiempo sin pedirme sexo. — me dijo seductora y reí.
—Ya no quiero nada contigo, no te busco porque ya no me interesa follarte. — exclamé y ella se puso seria. —Ahora, vete y haz lo que tienes que hacer.
—¿Es por ella? ¿Ella ye satisface? — preguntó. —Ella no será como yo.
—¿Y quien te ha dicho que quieri que sea como tú? — contraataque. —No te hagas ideas erroreas, solo fuiste mi pasatiempo, mi satisfacción del momento. Lárgate. — ella salió de allí, sé que la hice daño, pero no tiene porque reclamar me cuando no somos nada.
Lo que me faltaba, una desquiciada que cree que tengo que darle Explicación. ¿Por qué confunde las cosas? ¿Por qué creen que con el sexo, me estoy comprometiendo? No quiero nada con nadie solo quiero que Sarah sea la única, mi satisfacción. Esa mujer me tiene loco y con los huevos duros todo el tiempo.
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Hola, bellas. Aquí tenéis otro capítulo de Vladimir y Sarah, Espero que os guste.
Decidme que pensáis de este capítulo, os leo. Besos desde España nos leemos pronto.
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LA BRATVA "THE KING" 1° (saga bratva) 🔞
RomanceViajar a Rusia, fue la peor decisión que tomó Sarah Brown. Acabó en las garras de un Boss de la mafia rusa, un hombre lleno de venganza y odio. Un hombre que frío y cruel, con deseo de vengar a su esposa. Sarah fue diagnosticada con problemas de co...