Capítulo 28

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CONNIE

Las horas pasaron y los chicos se quedaron a dormir. Es la primera vez que invito a unos compañeros a mi casa.

Mi mente divaga por los feos recuerdos que aparecen como pesadillas, me parece que no podré dormir esta noche, así que me levanto para tomar un vaso de agua.

Dirk es una sombra que me causó que casi gritara pero me contuve al ver que alumbraba con la linterna de su celular hacia mi y se acercó, disculpándose y se fue al baño.

Tome el vaso de agua que me debía y apoye mi mano en la isla de la cocina que está bastante sucia. Si mi madre la viera ahora pegaría un grito para que la limpiaramos hasta ver nuestro propio reflejo.

Bebo mi último sorbo y dejo el vaso en el fregadero.

Voy a mi cama y abrazo mi almohada.
Las chicas del grupo decidieron que película ver pero después nos terminamos aburriendo y eligieron una serie que me hizo estremecer y mirar a otro lado.

No puse mi total atención en la serie porque pasaba seguido al baño.
Y me miraba en el espejo, mi cabello estaba tan corto que se sentía como pequeñas púas y sonreí orgulloso.
Volvía y les sonreía fingidamente, diciendo que estaba interesante la serie.

Pero lo peor era la pareja gay que me revolvía el estomago, cada vez que aparecían y hacían ver ese romance como un cuento de hadas, pero eso era mentira. No podría ser así.

Me tape la cara con la frazada e intente contener el llanto.

No se en que momento me quede dormido y froto mis ojos al escuchar las voces femeninas que provenían de la sala o de la cocina.

Me levante y visualiza a las chicas preparando el desayuno y también note que habían limpiado todo.

— Connie, buenos días. — dijo la pelinegra. — ¿Quieres un café?

— Buenos días, Pieck, Hitch. — les sonreí. — Si, si un café.

— Salí a comprar unas masitas para comer. — Hitch coloco en un plato los alfajores de maicena y unas galletas con chocolate.

— Gracias, chicas. — Pieck me acerco la taza llena y me senté. — También por limpiar.

— No, no... que dices, dejaste que nos quedáramos y esto era lo mínimo que podíamos hacer. — las dos me miraron con agradecimiento.

— ¿Los chicos? — desvíe la conversación.

— Esos vagos, siguen durmiendo. — dijo Pieck. — Cuando terminemos el desayuno, los voy a despertar. — había una risita que me hizo sospechar algo pero lo ignore.

La muchacha los destapado a cada uno y los sacudio exageradamente mientras me dispuse a lavar las tazas y escuche un griterío.

Dirk, Erd y Farlan salieron a regañadientes.

— No olviden doblar las sábanas. — le dijo Hitch al verlos sentarse para tomar desayuno.

Pasaron unas semanas y después meses  que estás amistades se forjaron como pilares.

Ese día me iba a reunir con Farlan en su departamento pero cuando estuve a unos metros vi que el castaño besaba a alguien en los labios.

Reemplazo [Ereri] [FINALIZADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora