Reemplazo [Ereri] [FINALIZADA]

Capítulo 12

EREN

Me quedé callado e intenté fingir una sonrisa que estaba apunto de derrumbarse en cualquier instante, Jean se dio cuenta y se acercó a mi, para susurrarme algo en el oido.

— Va... — algo que no termino de decir.

— ¿Eren?... ¿No es así? — Erwin se acerca levanta mi rostro por el mentón y nos miramos a los ojos. — Ven el lunes temprano.

Me suelta.

— ¿Dó-donde esta el baño? — mi voz suena temblorosa.

— Levi, acompañalo. — el rubio hace un ademán. — Hange, Retírate. — la castaña asiente y se va.

Jean esta por irse.

— Kirschtein, quédate. — El rubio le exigió y Jean se sento donde estaba antes.

Levi comenzó a caminar y lo seguí sin decir nada.

Cuando vi que el azabache se detuvo frente a una puerta blanca, lo agarre del brazo y lo hice entrar a la fuerza al baño.

— ¡Oye! ¿Quien te crees? — trabe la puerta, y lo acorrale, comenzó a forsejear cuando intente acercarme a él. — Aquí no... Eren... es el lugar de trabajo de Erwin... detente. — su voz entrecortada y susurrante.

Le mordí la oreja, precisamente en su lóbulo, escuche un pequeño jadeo.

Lo agarre de las mejillas y nos miramos a los ojos, me acerque a sus labios y lo intente besar.

Sus manos me alejaban y Levi giraba su rostro para que no hiciéramos contacto, pero después de tanto insistir, nuestras lenguas se vieron en un peligroso juego que no detuvimos. Sus manos se enredaron en mis cabellos y lo abrace por la espalda.

Era un beso sin llegar a ser tan lujurioso, al separarnos, vi unas lágrimas caer de sus ojos.

Solo me dedique a abrazarlo.

En serio había caído tan enamorado de este chico que me daba miedo de solo pensar que podía perderlo.

No se cuanto tiempo estuvimos abrazados pero al escuchar las voces que se aproximaban y que la puerta de entrada/salida del baño crujio, Levi y yo nos separamos.

Esperamos un par de minutos para que esa gente se vaya.

JEAN

Eren se estaba tardando más de lo usual en el baño, más vale que un yogurt le haya caído mal para que permanezca pegado al inodoro.

Aunque sé por obvias razones que no es por eso que tarda.

Veo esa mirada azul que yace en mi presencia.

— ¿Tengo algo en la cara, señor Smith? — me toque el rostro, espero que ningun rastro de comida.

— Nada... solo que de verdad espero que cambies de opinión. — es una persona terca. — No me importa si eres gay o no.