Un mundo en el que hay una persona que es el mayor enemigo de la humanidad, que ha tenido muchas y diferentes víctimas, y Akira Yami no fue la excepción, pero...
Esta es la historia que casi nadie sabe sobre la Pilar de la Oscuridad, una pilar muy...
Advertencia: Este es un capítulo no altera para nada en la historia original, solo es un especial por haber llegado a 1k de leidas. Esto solo sera un pequeño agradecimiento, muchas gracias de verdad❤️
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Era muy de mañana y el sol iba a saliendo. Apenas pudo dormir anoche debido a la emoción de lo que sucedería al día siguiente.
Iguro Obanai la había invitado a comer. No sabía que ponerse, pero al final decidió irse con su uniforme habitual de cazadora, aunque sin su haori, debido a que se le rompió en una misión. El chico no dijo que era una cita y ella no quería adelantarse tanto. A pesar de que estaba entusiasmada, no aceleraría las cosas.
Por otra parte, Obanai estaba aún más nervioso. Mejor dicho, ya se había arrepentido. No porque la chica tuviera algo malo, de hecho, ese era el problema, que él la miraba perfecta. ¿Cual era su defecto? Era amable, madura, tranquila, servicial, ¿que tenía él de bueno como para aceptarle esa invitación? Bueno, al menos esas eran algunas de las cosas que pasaban por la cabeza del chico, realmente eran más cosas negativas sobre él.
Aún así, no desaprovecharía la oportunidad, ella accedió así qué hay que asistir. Se colocó su ropa de cazador, junto a su haori, solo no llevaría su katana.
Ambas personas pusieron en pie su camino al lugar acordado, donde ambos se encontrarían.
Una ves ambos llegaron, se vieron y se regalaron una sonrisa para después acercarse el uno al otro.
Intentaba no demostrarlo, pero en el interior estaba bastante nervioso y eso solo aumentaba más. Sus manos estaban húmedas por su sudor, lo mismo pasaba en su cara. El sonrojo iba aumentando, mostrándose fuera de las vendas. Esto todo era provocado por ella, ya que hoy especialmente podía apreciar más su belleza, gracias a que se había quitando algunos mechones de la cara y puesto atrás de su oreja con un leve sonrojo en sus mejillas. Podía apreciar su bello y perfecto rostro de mejor manera. Y lo que le faltaba, la cereza del pastel, no llevaba su haori, permitiéndole ver su definido y desarrollado cuerpo. Nunca la había visto tan hermosa, a pesar que se veía casi como siempre.
—H-Hola, Y-Yami-san ¿C-Co- — La intranquilidad del chico era evidente por lo que Akira le interrumpió e intervino. Agarró las manos sudadas de Iguro intentando tranquilizarlo, pero esto solo lo puso más agitado al sentir sus manos suaves y cálidas, a pesar de ser cazadora.
—Tranquilo, Iguro-san. Estás temblando, muy sudado y tienes la cara roja, ¿Te sientes mal?— dijo Akira, demostrando en su rostro una cara de aflicción y preocupación. Puso su mano en su mejilla —No, no tienes fiebre, ¿por qué estas tan rojo? Si te sientes mal podemos ir donde Shinobu— dijo mostrando una expresión más preocupada.