Un mundo en el que hay una persona que es el mayor enemigo de la humanidad, que ha tenido muchas y diferentes víctimas, y Akira Yami no fue la excepción, pero...
Esta es la historia que casi nadie sabe sobre la Pilar de la Oscuridad, una pilar muy...
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Cuando los tres llegaron a la sede, o sea, Akira, Kyojuro y Hoshi, Rengoku se despidió de Yami con un fuerte abrazo, aunque está no lo correspondió, se sintió cálido el roce de sus cuerpos con los de él, no quería soltarse, pero tenía que hacerlo.
Luego de eso, Akira se retiró y fue donde Oyakata con la niña, a ver qué se hacía con ella.
Cuando llegó, se inclino ante él y la niña imitó su acción a pesar de que no entendía nada de lo que pasaba. —Buenos días Oyakata-sama, espero vaya mejorando poco a poco de su enfermedad y tenga una larga vida junto a sus seres queridos.
—Muchas gracias hija mía. Me han informado que quieres saber cómo harás con los cuidados de la niña Hoshi— el tenía su clásica sonrisa y su reconfortante voz, haciendo sentir a Akira cada ves más segura.
—Si.
—Lo he pensado y hay dos opciones, tu elige la que el destino te indique. La primera opción es que la adoptes tu, puedes hacer lo que desees con ella, que te ayude en tu finca o que sea tu Tsuguko y entrenarla. La segunda opción es dársela a una familia que quiera adoptarla. Pero eso conllevaría a riesgo de que esa familia solo se aproveche de ella, nada nos confirma que sea buena. Todo queda en tu decisión hija mía, confío en que tomarás la mejor— ahora él estaba esperando ansioso la respuesta de la chica, se esperaba la decisión que tomaría, y él sabía que era la correcta.
Akira no encontraba que palabras decir, ni siquiera sabía cuál debería ser su decisión, es más, se preguntaba, ¿Que era lo que de verdad quería? No sabía que decisión tomar, y para ti que estás leyendo esto, debes decir, ¿Por qué tanto rodeo por una niña? Tienen que tener claro que cuidar a una niña pequeña no es fácil, ahora imagínense una chica de casi 18 años cuidar a una niña, sabiendo que no tiene ni sentimientos, no es nada fácil, no es un cargo que se tome a la ligera.
Bien, la Yami sobreviviente ya tomó su decisión, ¿Por qué no intentarlo? ¿Que perdía con experimentar e intentar aprender?
—Bien, la recibiré en mi finca.— aunque lo dijo sin expresión, Kagaya se emociono por lo que dijo, aunque tenía que guardar su postura.
—Me alegro que hayas optado por esa decisión, hija mía. Me alegro de que te estés esforzando por expresarte más, ya hiciste un nuevo amigo, Rengoku, y ahora tienes una niña a la que cuidar, yo te estaré apoyando en lo que necesites de ella.— él imagino que con su apoyo, la niña podría vivir una buena vida, sabía que podía hacerlo sola, pero quería que ella supiera que tiene su apoyo en todo.