BEATRIZ MENDOZA

CAPÍTULO 2: LA MUERTE DE BEATRIZ PINZÓN

BEATRIZ MENDOZA
CAPÍTULO 2

LA MUERTE DE BEATRIZ PINZÓN.
FINALES DE 1993.
SAN JOSÉ.

El pequeño pueblo, apenas tiene un kilómetro de playa, las mismas son casi desconocidas y de difícil acceso, debido a sus dunas. Igualmente, ese día todo el pueblo asistió para despedir a la hija de uno de los vecinos más antiguos de San José, Don Hermes Pinzón y su esposa, ellos acababan de perder a su única hija, ella murió en Bogotá y hacía unas horas habían traído sus cenizas y las de su pequeña bebé.
Todos estaban muy tristes, cada tanto ocurría una de esas muertes inexplicables, en la que los Doinnel estaban implicados de alguna manera, y esta vez no era la excepción, todo el pueblo sabía que los jóvenes de las dos familias habían sido novios tiempo atrás, y que la muchacha desapareció del lugar, de un día para el otro.
Los padres de la joven decidieron tirar sus cenizas al mar en una emotiva ceremonia, la que justamente vinieron a interrumpir Pierre Doinnel, patriarca de la familia y su hijo Michel.
D. Julia: —¿Qué hacen ustedes aquí?
Michel: —Vine a ejercer mi derecho como padre y a despedirme de mi hija como corresponde.
D. Julia: —Ustedes no tienen ningún derecho.
Michel: —La que no tenía derecho de cremar el cuerpo de mi hijita era usted. ¿Con que derecho lo hizo?
Don Hermes estaba a punto de reaccionar, cuando recordó lo que su esposa le contó unas horas antes.

🌹🌹🌹RECUERDO.
D. Julia: —Hermes, nuestra niña no ha muerto.
D. Hermes: —¿Cómo es eso Julia?
D. Julia: —Es un plan de Nicolás, para que Betty se pueda sacar de encima a los Doinnel. La niña fallecida no es nuestra hija.
Luego le contó todo lo que había sucedido. 🌹🌹🌹

Don Hermes se quedó paralizado, a pesar del recuerdo, estaba indignado con esos horribles hombres, si no fuera por la intervención de Sandra, una vieja amiga de la infancia de Betty, quien sabe cómo hubiera terminado todo.
Sandra: —¡Ya basta!, déjenos vivir este duelo en paz, todo el pueblo les tiene miedo, pero sepan que yo no. Todos sabemos que ustedes son responsables de muchas de las muertes en este pueblo, incluyendo la de mi padre, pero un día se va a hacer justicia.
Las duras palabras de Sandra hicieron que se desatara un gran conflicto, del que los Doinnel terminaron huyendo. Finalmente, terminaron la ceremonia y tiraron las cenizas al mar.
La desagradable sorpresa para los Pinzón fue encontrar a los Doinnel en su casa, cuando volvieron de dicha ceremonia.
D. Julia: —Creo que ustedes no entendieron que no son bienvenidos a esta casa.
Pierre: —Es necesario que hablemos, comprendo su dolor, pero es necesario que hablemos. Esa niña también es mi nieta.
D. Hermes: —Perdóneme, pero eso no es lo que usted pensaba el día que me citó en su oficina.

🌹🌹🌹 RECUERDO
Don Pierre cita a don Hermes a su oficina. El contable piensa que es por algo de trabajo, se sorprende al entrar a la oficina y verlo con la cara tan ofuscada.
D. Hermes: —¿Para qué me necesita don Pierre?
Pierre: —Necesito hablar urgente con usted. Yo sabía que nuestros hijos estaban ennoviados y creí que su hija era una muchacha decente.
D. Hermes: —Y lo es, está educada en los más altos estándares de la moral y la decencia.
Pierre: —Lamento informarle que su educación no le sirvió de nada, su hija no es más que una cualquiera, se quedó embarazada para atrapar a mi muchacho.
D. Hermes: —Sepa que está equivocado, mi niña iba a llegar prístina al matrimonio, y si su muchacho se aprovechó de su inocencia, sepa que yo me voy a encargar de que le responda.
Pierre: —Usted no está entendiendo, nadie me garantiza que ese bastardo sea de Michel, quiero que por el bien suyo y el de su familia se deshaga de ese bastardo.
D. Hermes: —¿Cómo se le ocurre semejante cosa? Jamás, óigame bien, jamás voy a permitir que mi hija interrumpa un embarazo.
Pierre: —O se deshace de ese bastardo, o yo me deshago de su hija.
La amenaza fue clara, la vida de Betty estaba en peligro, en esas circunstancias, desesperado, fue cuando tomó la decisión de sacar a su hija de su vida, para protegerla de los Doinnel. 🌹🌹🌹