CAPÍTULO 3

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BEATRIZ MENDOZA
CAPÍTULO 3

1999
Habían pasado pocos días de la muerte de don Roberto, pero la vida continuaba y el funcionamiento de Ecomoda también. Era necesario elegir al nuevo presidente y había dos candidatos en competencia, Beatriz Mendoza y Daniel Valencia.
Esta vez, sólo cinco personas votarían; Armando Mendoza, Camila Mendoza, Marcela Valencia, María Beatriz Valencia y Mario Calderón.
Armando: -Voto por Betty.
Marcela: -Voto por mi hermano Daniel, quién es legítimo heredero de Ecomoda.
Camila: -Voto por Betty, a quién mi padre eligió para que lo suceda.
M. Beatriz: -Voto por Daniel, mi hermano.
Armando: -Mario, la decisión es tuya.
Mario: -Confío en el criterio de don Roberto. Voto por Beatriz Mendoza.
Así fue como Betty ganó la presidencia de Ecomoda. Afortunadamente, Daniel Valencia, a pesar de su carácter frío, era una persona razonable, y aceptó su derrota.
Daniel: -Felicitaciones doctora Mendoza, créame que estoy más tranquilo que si la presidencia hubiera quedado en manos de Armando.
Betty: -¡Ay Don Daniel! Acepto sus felicitaciones, de veras creo que es sincero, lástima que se lleva tan mal con mi marido.
Daniel: -Más tarde quisiera tener una reunión con usted.
Betty: -A última hora hablamos, ahora voy a entrevistar a las futuras secretarias de la planta ejecutiva.
Betty, ya sospechaba por dónde venía el asunto, tenía sus propias fuentes confiables y sabía que los Doinnel ya habían hecho su oferta. Estaba tranquila, ella se encargaría de hacer una oferta que Daniel no pudiera rechazar.
En ese momento, su preocupación era el faltante de secretarias en el área ejecutiva, con la baja de Mireya por maternidad, todo el trabajo recaía en Bertha, Sofía y Mariana. A estas alturas le parecía justo que Aura María y Sandra, dejaran de hacer suplencias y fueran secretarias titulares.

Aura María Fuentes, era la mejor amiga de Betty, durante todos estos años la apoyó y la motivó para que se superara y mejorara su educación. En ese momento se desempeñaba como recepcionista.

Sandra Patiño, entró a trabajar a Ecomoda como modista, oficio que heredó de sus padres y que desempeñó por un tiempo en la textil San José. Luego de los sucesos narrados en el capítulo anterior, se instaló en la casa de los Mora, dónde se enamoró de Nicolás y se casaron. Con el tiempo, fue consiguiendo becas en la empresa, primero un secretariado y después una beca universitaria en marketing. Por supuesto, ella reconoció a Betty desde el primer momento, pero todos esos años jugó al gato y al ratón. El hecho de que hubiera engañado a esos cerdos, lo sintió como un triunfo, al menos, tenía la esperanza de que la muerte de su padre no fuera en vano, y su sueño de una San José libre y tranquila, algún día se hiciera realidad.

Había una tercera candidata, Patricia Fernández y sus seis semestres en la San Marino. En realidad, Betty no la quería ni de fundas en Ecomoda, pero negociando con Marcela, accedió a que fuera contratada la peliteñida a cambio de que ella pudiera contratar como secretarias de planta permanente a Aura María y a Sandra.
Betty detestaba a Patricia desde la universidad, Marcela odiaba a Aura María, por haber tenido un romance con su marido, y a Sandra por Celestina. Ese romance fortuito, casi le significa el despido a la recepcionista, afortunadamente, la actitud paternalista de Armando la salvó. Era un jefe exigente, pero justo.

🌹🌹🌹 RECUERDO
Armando: -Papá, entiendo lo dolida que está Marcela, pero claramente, le dijimos a Mario que no se meta con la nómina. Yo sé que tú no tienes corazón para despedir a Aura María.
D. Roberto: -Claro que no, es un poco alocada, pero es una buena muchacha, de todos modos, quiero una buena sanción. Y con respecto a esa muchacha, Sandra, no amerita ninguna. Ella vio y calló, lo que se espera de una secretaria. A mi entender, sólo cumplió con su trabajo.🌹🌹🌹

Betty, entró a presidencia, Gutiérrez, Marcela, Mario, Armando y las tres candidatas estaban esperando.
Betty: -Buenos días, voy a ser breve porque hay mucho trabajo. Las tres candidatas ya están contratadas para los puestos de secretarias de planta ejecutiva, sólo falta definir con quién se queda cada una. Por mi parte, decidí que Aura María sea mi secretaria.
Mario: -Incómodo, -yo me quedo con Patricia.
Armando: -Entonces me quedo con Sandra, aunque quiero hacer una observación, el puesto de secretaria de vicepresidencia comercial lo merecía Sandra, por las veces que hizo suplencias y por la carrera universitaria que sigue, es la ideal para obtener experiencia, pero Marcela tu impusiste tu espía. Más vale que cumpla con su trabajo, de todos modos gracias, mi nueva secretaria será muy eficiente.
Marcela: -En todo caso, no es problema tuyo.
Armando: -Lo es, soy el vicepresidente ejecutivo. El segundo al mando de esta empresa y en mí recaen muchas responsabilidades, por lo que necesito eficiencia en todas las áreas.
Marcela: -Tú lo has dicho, eres el segundo al mando...
Betty: -Basta, Armando tiene razón, todas las áreas tienen que funcionar como un reloj, si uno se retrasa perjudica al otro, es lógica su preocupación. -Mirando a Patricia. -Patricia, sé que no tienes experiencia en secretariado, pero te pido encarecidamente que te adaptes a la mayor brevedad.
Patricia: -No hay problema, yo tengo seis semestres en la San Marino.
Finalmente terminó esa reunión. Como cualquier reunión con Marcela, era muy estresante, ya que a veces no era racional, era autoritaria, queriendo hacer todo a su manera. Intentaba tenerle paciencia, no era una mala mujer, pero si, caprichosa, clasista y amargada, además de que las infidelidades de Mario no ayudaban para nada.

El día siguió ajetreado, Ecomoda no era una empresa fácil de llevar, pero era su misión y estaba obligada a cumplir la última voluntad de don Roberto.
Se acercaba el fin del día laboral y le quedaba una última reunión, tenía que hablar con el doctor Mortis y evitar que le vendiera sus acciones a los Doinnel. Contaba con un capital suficiente, ya que Nicolás Mora estaba haciendo un excelente trabajo con TERRAMODA.
Daniel: -Buenas tardes, doctora Mendoza.
Betty: -Buenas tardes, doctor Valencia. -Poniéndose seria -seré directa, y le voy a ahorrar tiempo, sé que está negociando para venderle sus acciones a los Doinnel.
Daniel: -¡Felicitaciones, tiene buenos informantes!, y por su rostro, me puedo dar cuenta de que no está de acuerdo.
Betty: -Le ofrezco un 30% más de lo que le ofrecieron los Doinnel.
A Daniel, se le iluminan los ojos. Esa oferta no se la esperaba.
Daniel: -Me interesa muchísimo, pero creo que un 50% más sería lo justo, eso sí, le advierto que no voy a vender todas mis acciones.
Betty: -También lo sé, sólo quiere vender el 8% y quedarse con el 5% restante, para seguir siendo accionista con derecho a voto. -Sonríe por primera vez. -No se sorprenda, adelantarme a los hechos, es mi trabajo, es más, sé del ajuste que va a haber en su ministerio, y que hay muchas posibilidades de que a usted lo despidan. Así que, mi última oferta es un 40% sobre lo que le ofrecieron los Doinnel. Si acepta, mañana mismo tiene el 30% del total en su cuenta. Tómelo o déjelo, señor Valencia.
Daniel no lo pensó mucho, tenía deudas que pagar y ese adelanto era irresistible. Además, los franceses estaban siendo duros en la negociación, y no les iba a sacar más de lo que le ofrecía Betty, ellos estaban interesados en las acciones, pero como sabían que él estaba en apuros, le habían ofertado menos de lo que realmente valían las acciones, claro que nunca se les ocurrió que otra persona pudiera contra ofertar.
Daniel: -Con una sonrisa cínica. -Trato hecho. Veo que sus informantes son excelentes. Ya me despidieron, mañana es mi último día en el ministerio.
Betty: -Le ofrezco un puesto en Ecomoda.
Daniel: -¿La presidencia? -irónico.
Betty: -Por supuesto que no, su trabajo consistiría en ocuparse de las franquicias que voy a volver a proponer y por las que usted tiene que votar favorablemente, no sólo tendría un excelente sueldo, sino además una buena comisión por cada franquicia vendida.
Daniel: -¿Ese trabajo no le corresponde al inútil de mi cuñado?
Betty: -Efectivamente, don Mario también se va a ocupar, pero usted sabe, se requiere viajar mucho y su hermana no se la va a poner fácil.
Daniel: -¿Cuando me compraría mis acciones?
¡Ya había caído! Betty saca una carpeta de su escritorio y se la da.
Betty: -Como le había dicho, si usted firma este acuerdo, mañana mismo tiene el 30% del total en su cuenta. El resto se le girará cuando se finalicen los trámites correspondientes.
Daniel: -Siendo así, firmo ahora mismo, con respecto al trabajo que me ofreció, solo lo aceptaría si las comisiones son buenas, y si queda en claro que Armando no será mi jefe.
Betty da vuelta los ojos, «hombres, nunca maduran» pensó.
Betty: -Está bien, yo seré su jefa y me responderá solo a mí.
Se dieron un apretón de manos y cerraron el trato.

Minutos después, la empresa estaba prácticamente vacía, Armando aparece con una botella de champagne y dos copas en la mano.
Betty: -¿Qué haces?
Armando: -Vengo a festejar su nuevo puesto, mi hermosa presidenta, -deja lo que tenía en las manos y la besa. -El día fue tan ajetreado que no pudimos festejar.
Se vuelven a besar, ella sabía que el festejo no terminaría con el brindis, estaba agotada, pero le hacía falta el cariño de su marido.
Mientras ella está en el baño, arreglándose, Armando, sirve las copas, cuando ella vuelve, le ofrece una, y brindan.
Armando: -Felicitaciones Beatriz.
Betty: -Gracias mi amor.
Se besan y comienza una espiral de pasión incontrolable. No podían creer que luego de cinco años de matrimonio, la pasión siguiera intacta.
Fue entonces cuando la oficina de presidencia quedó, oficialmente inaugurada.

CONTINUARÁ...

Continuidad de "Mi PEQUEÑA ESPERANZA "
HISTORIA DE bettyyarmando1999 Y CHESITA SU MERCED
EDICION DE MarcelaQuinteros8

PORTADA DE ALEJANDRA GOMEZ.

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